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Jungkook.

Solo recuerdo donde viven los Numpties porque Tyzu lo dijo, Cristo, que desastre, y justo debajo del puente  Blackfriars. Esta ciudad se ha ido directamente al infierno. Cuando ella me estaba arrastrando a su auto. No toma mucho tiempo  llegar a  Blackfriars de Hounslow. Es el día de navidad, y no hay nadie afuera.

Estaciono el auto y le quito la nieve al  camino para llegar al puente. Estoy empezando a sentir un poco de  pánico. Sé que no debería haber venido solo, pero a cualquier persona a la que le podría haber preguntado por ayuda me habría arrastrado al asunto en cuestión: el hecho de que mi familia es ahora mágicamente sin hogar. Incluso Tyzu no me hubiera escuchado hoy. Jimin y Jin están de vuelta para salvar el día. O destruirlo. Tal vez, ambos. Está todo bien; Siempre supe dónde estaba yo  con Jimin, justo por debajo del resto del mundo. Y lejos, muy lejos del Mago. Está bien.

Está todo bien. Tengo miedo pero eso es razonable. Intenta volver al lugar donde permaneciste en un ataúd hasta que no podías recordar cómo se veía la luz. Pero ahora estoy en una mejor posición que la última vez. Soy consciente, por ejemplo. Tengo mi varita. Y la valentía está conmigo. La puerta de la guarida de los Numpties es fácil de encontrar es básicamente un agujero en los pilares. Me deslizo hacia abajo un poco en el barro, y mi estómago se revuelve ante el olor. Papel mojado y decadencia. Estoy  en el lugar correcto.

Está muy oscuro aquí abajo, incluso para mí, así que alzo mi mano y enciendo un fuego en mi palma,  iluminando un círculo de nada a mí alrededor. Dejo que las flamas se hagan más grandes… y veo mucha más nada. Estoy en una cámara llena de escombros. Trozos de pavimento. Largas piedras. Nada de esto es familiar.  Estaba inconsciente cuando me trajeron aquí y mayormente  inconsciente cuando me fui. Realmente ni siquiera sé cómo lucen los Numpties. Me aclaro la garganta. Nada pasa. Me la aclaro nuevamente.

—Mi nombre es Jungkook Jeon Pitch —  Llamo en voz alta —Estoy aquí para hacerte una pregunta.

Una de las grandes cosas rocosas comienza a temblar. Mantengo el fuego en esa dirección. Y mi varita. La cosa rocosa grande se abre como un Transformer en una cosa más grande que parece que está vistiendo un suéter gigante de color avena. 

—Tu.

retumba una voz como las obras de carretera. Es un estruendo familiar. Siento que las paredes se cierran sobre mí, y mi boca sabe a sangre rancia. (La sangre es más espesa cuando esta rancia; se coagula)

—Tú —La cosa dice —Tú has matado a alguno de nosotros.

—Bueno, ustedes me secuestraron —digo —¿Recuerda?

—No te matamos  —dice.

Ahora hay más cosas, apareciendo a mí alrededor. No veo de donde están viniendo, pero parece haber menos escombros en el suelo. Trato de  distinguir sus rostros, todo acerca de ellos es amarillo-gris en amarillo-gris. Ellos son como pilas de cemento húmedo.

—Estaban encaminados a matarme —  digo —pero eso no es por lo que estoy aquí. Vine a hablar con ustedes.

Estoy rodeado de ellos ahora. Es como estar dentro de un círculo de piedra.

—No nos gusta hablar  —suelta uno.

Podría haber sido el del suéter de nuevo. O podría haber sido este, a mi lado, vestido con una manta eléctrica, el enchufe arrastrándose detrás de el en el suelo.

—Demasiado frio para hablar  —otro gruñido  —Es tiempo de descansar.

Así es, se me olvido. Los Numpties hibernan. Debo haberlos despertado. 

𝐾𝑒𝑒𝑝 𝐺𝑜𝑖𝑛𝑔 (𝑲𝒐𝒐𝒌𝒎𝒊𝒏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora