capitulo 37

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Narrador omnisciente

Mientras todo eso pasaba, en la fábrica aún se encontraban “trabajando” los otros ex elementales.

Guardia 1: ¿aún no los encuentran?— le pregunta a dos de sus colegas quienes vigilaban esa área.

Guardia 2: dicen que aún no escapan de la isla— en medio de esa conversación llega su jefe.

Guardia jefe: registren todo y cierren este lugar, no deben de estar muy lejos— espeta frustrado, ya estaba cansado de la situación con los prisioneros, pero, ¿qué podía hacer?, necesitaba el trabajo y después de todo no ganaba tan mal.

Los guardias comenzaron a apagar todo y por último dejándolos encerrados para que nadie entrara ni saliera.

Una vez que estaban todos los guardias, fuera Karloff quien estuvo atento a todo hablo.

Karloff: ustedes poder salir— con eso unos barriles de lata comenzaron a menearse hasta que de cada uno salió Zane y del otro Cole, que estaba repleto de harina.

Cole: bien— estornuda por la harina que había entrado por sus fosas nasales— volvamos al plan de sacarlos a todos de aquí.

Después de que ellos se separaran de la castaña llegaron a la fábrica escondidos dentro de unos barriles, por fortuna Karloff los vio a tiempo para participar de su coartada y esconderlos, además de que los demás ayudaron al ver que tendrían una posibilidad de escapar, después de todo, todos querían salir de ese lugar.

Todos se reunieron cerca del nindroide quien proyectaba a través de sus ojos un mapa del sitio.

Cole: bien, si salimos a ese laberinto donde está esa serpiente de seguro nos perderíamos, así que Zane— con esa señal este comenzó a proyectar ahora un mapa de las cañerías— busco un mapa de las cañerías del lugar— la mayoría puso muecas de desagrado.

Karloff: ¿eso no apesta?— pregunto disgustado.

Cole: oye— trata de reconfortarlo— saldría de aquí volando si pudiera, pero ni siquiera tenemos nuestros poderes— Karloff solo asiente resignado a la idea.

Zane: las cañerías— comienza a explicar— son viejas por lo que soportan un cierto peso, pero después de sumar todas nuestras masas las cañerías resistirán por ser de menor margen— todos pestañearon confusos.

Karloff: ¿alguien aquí entendió eso?— todos negaron para finalmente posar sus ojos en el ninja negro.

Cole: significa— los miro a todos— que funcionara— todos comenzaron a celebrar, pero la puerta principal es abierta por dos guardias.

Todos miraron asustados a la entrada pensando que los descubrirían, pero en vez de eso solo arrojaron a alguien ordenándole trabajar.

Como es normal, se acercaron para curiosear al nuevo prisionero, quien vestía de café.

Darreth: tranquilos amigos, el ninja café ha llegado para ayudarlos— comenta haciendo una pose heroica— pero antes, ¿alguien me enseñaría a hacer unos pops post spiquets?— el pelinegro se acerca al escuchar la voz de Darreth quien lo ve al instante— ¡Cole!— pronuncia animado— estás aquí— ahora posa sus ojos en el nindroide de ojos celestes— ¡¿Zane?!— exclama animado sin creerlo— vaya te ves genial— lo mira completo y se da cuenta de que su apariencia es distinta— ¿eres tú?, vaya que cambiaste— se pasa su mano por su cabello.

Karloff: creo entender lo de menor margen, pero— mira a Darreth quien estaba pasado en algunos kilos, varios kilos, por no entrenar como ellos.

Cole: no funcionará— mira a Zane quien niega— de vuelta a las ideas— suspira para comenzar a pensar una vez más y preguntando como les estará yendo a los demás, especialmente a la chica de ojos color miel.

Tú en ninjago (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora