capitulo 39

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Narrador omnisciente

Clouse y el Sensei Garmadon estaban frente a frente retándose con la mirada dispuestos a todo en ese combate, el rencor en la mirada del secuas de Chen se veía latente, claramente Garmadon tenía planeado el no dejarse vencer y no dejarlo escapar.

Clouse: hoy será el día en que dejes de ser Lord y yo me quede con ese título— aprieta los dientes con rabia— ¡ese título siempre debió ser mío!.

Clouse se abalanza sobre Garmadon intercambiando golpes, golpe tras golpe, recordando el pasado, cuando ambos entrenaban juntos y se odiaban con el alma.

A Clouse nunca le gusto que el hijo del Primer Maestro del Spinjitzu estuviera con él y su Maestro en la misma isla, siempre sintió que los traicionaría como ya había pasado anteriormente con el elemental del viento, a quien en algún momento lo quiso como un hermano.

Sensei Garmadon: ríndete Clouse, los ninjas vencerán a Chen— el hechicero con rabia le proporciona un golpe en su mejilla y una patada en las costillas que lo manda a unos metros lejos, el padre del ninja verde logra caer de pie y mira con rabia al mago de artes oscuras.

Clouse recuerda con desdén que debe de llevar a cabo la orden que le dio su Maestro, después de todo una sola vez no cumplió con su deber y lo pago muy caro, por ende en este momento su enfrentamiento tendrá que dejarlo para otro momento aunque quisiera saldar cuentas.

Clouse: no me hagas perder el tiempo, nuestra batalla quedará pendiente por el momento— el Sensei lo mira extrañado, Clouse activa su poder ocasionando que un aura morada se instale en sus manos y con todas sus fuerzas logra derribar un árbol no muy grande en el Sensei Garmadon quien trato de esquivarlo, pero no lo logro del todo— no te preocupes Sensei— dijo recalcando la última palabra— no morirás por esto, yo mismo te mataré con mis manos— empuña la mano y le proporciona un fuerte golpe aturdiendo a su antiguo compañero de combate.

El hechicero ve con repugnancia el cuerpo bajo el árbol y se va corriendo a gran velocidad a buscar a su siguiente objetivo, pero se detiene al ver su rastreador, según las marcas en la pantalla el ninja del rayo estaba muy cerca, más que la castaña, él pensaba que sería muy fácil de detener, después de todo el resto de elementales no habían logrado escapar de él.

Iría por él primero.

El maestro del rayo, Jay, iba en su robot individual mecánico muy cómodo buscando a Nya, le agradecía al Primer Maestro del Spinjitzu el haber encontrado ese artefacto, ya que podía descansar su pierna, la cual le dolía bastante.

Quizás este exageraba en cuanto al dolor.

Jay: muñecas cansadas— dice apenas, porque debía mover unas palancas para avanzar— ¡debo seguir buscando a Nya!— salta sobre un tronco caído y ve la marca del Samurái X alegrándose al saber que le pertenecía a su querida pelinegra, pronto la vería y esa sola idea le iluminaba su rostro.

Clouse: lo lamento— el ojiazul voltea a verlo cuando escucha su voz, para él bastante irritante— ¡tu tiempo en el torneo se ha acabado!— hace esferas de magia morada, las cuales le lanza a gran velocidad para acabar pronto con su mandato, pero Jay salta para aplastar al hechicero quien lo esquiva al instante, el de azul chasquea la lengua al ver que no logro su cometido.

Jay: la magia es para cobardes, me apegaré a las tuercas y pernos con mi ingenio— le manda electricidad al robot, la cual se concentra en la punta de los dedos y comienza a dispararle como rayos láser.

El ninja azul siempre que peleaba se imaginaba que estaba en una aventura de las películas de su personaje favorito.

Clouse: ¿quieres algo de ingenio?, ¡prueba esto!— con mucha adrenalina en su ser, usa magia para atraer rocas a su cuerpo hasta hacer un gigante de piedra— magia contra tuercas y pernos— dice feroz.

Tú en ninjago (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora