capitulo 31

534 43 10
                                    

Narrador omnisciente

Mientras los ninjas quedaban pensando y analizando la posibilidad de que hubiera un espía entre ellos, en las cuevas no muy lejos del palacio de Chen, se lograba percibir un leve sonido con buen ritmo.

Al interior de la cueva se encontraba el vehículo de Nya y en su interior estaba el supuesto ninja café escuchando música y bailando al compás de esta, fingía que tenía una guitarra en sus manos.

Su imaginación estaba a mil, se imaginaba en un escenario tocando para la Ciudad de Ninjago siendo aclamado por todos hasta que lo interrumpieron.

Nya: Darreth, ¿me escuchas?— le hablo por el comunicador del vehículo, este al escucharla detuvo su música para poder contestarle a la chica.

Darreth: fuerte y claro Nya— le contesta con su típico tono de voz— háblame— se peinó su cabello con sus manos.

Nya: dile al Sensei que los objetivos están listos, voy a descubrir para que es ese hechizo mientras los ninjas descubren al espía en su alianza— le comenta y su tono de voz era bajo, ya que estaba susurrando.

Darreth: enterado Samurái X, ninja café fuera— corta la transmisión para ponerse en contacto con el Sensei— hola, hola, hola Wu— presiona unas cuantas teclas en el tablero de control— el halcón ha aterrizado, repito, el halcón ha aterrizado.

Por otro lado, en la fábrica de Chen los guardias estaban degustando algunos manjares que no servían por falta de una presentación digna, los guardias se comían toda la comida que desechada por decirlo así, claro que todo eso era a escondidas de Chen y Clouse.

Cole: ya es hora— dijo decidido, los guardias estaban distraídos comiendo y uno de ellos tenía la llave colgando de su cinturón, al estar llenos no sería tan difícil quitarles la llave.

Karloff: pero aún no terminar turno— le recuerda serio.

Cole: pues termino para mí— sonrió confiado mientras el otro de cabello negro lo miraba confundido— he esperado mucho por esto— se rio levemente, estiro ambos brazos para hacerlos crujir y corrió a la máquina de los fideos para comenzar a comerlos.

Este tenía ganas de probar esos fideos desde el día que llego a la fábrica y al fin podía probar tal comida.

Estaba muy rica.

Los demás participantes que habían perdido en el torneo de Chen comenzaron a gritar emocionados por el espíritu rebelde del ninja y por petición de Karloff, claro, esto había alertado al instante a los guardias quienes vieron al chico rompiendo las reglas.

Guardia jefe: ¡a él!— uno de los guardias se acerca con una lanza al ninja con la intención de botarlo, pero este la salta con facilidad un poco lejos en una perfecta postura.

Otros dos se acercaban, pero el ninja negro rápidamente les avienta un carrito con harina que estaba a su derecha tumbándolos, el resto de guardias copiaron la anterior acción del chico quien solo se dispuso a esquivar los carritos hasta llegar a la máquina de las galletas de la fortuna donde aprovecho de degustar algunas.

Los guardias se acercaban sin dejarle otra opción más que comenzar a lanzarles las galletas a la cara, los guardias enfurecidos comenzaron a correr hacia el pelinegro quien comenzó a esquivar las lanzas cuando estuvieron frente a él, tomo una con su mano para atraer al guardia que la sostenía mandándole un puñetazo a su nariz tirando al suelo.

Por detrás uno lo tomo del cuello, pero Cole le dio un codazo en el estómago logrando que lo soltara para tumbarlo, claro que no se dio cuenta de uno que logró darle un corte en su mejilla, el chico al distraerse por eso, un guardia aprovecho y le tiro un carrito tirándolo a unos metros.

Tú en ninjago (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora