capitulo 34

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Narrador omnisciente

Los minutos habían pasado desde que salieron a buscar a Darreth, minutos en los que el pobre del corazón de Nya no dejaba de estar agitado por la adrenalina que sentía.

Maestro Chen: mis fieles Damas kabuki— estaba al medio de la sala recostado en un sillón cama de color morado muy lujoso a decir verdad, a sus costados estaban las Damas Kabuki— siempre felices de atenderme— la azabache sostenía una hoja de palmera en modos abanico con la cual refrescaba a Chen del calor de la isla— ¿No es así?— todas asintieron riendo de una manera coqueta excepto Nya que rio después un poco incómoda— ¡más fuerte!— le ordeno que le echara más aire a la pelinegra, está asustada a que la descubrieran solo obedeció— hazlo con ganas— las Damas Kabuki se alejan al ver a Clouse acercarse.

Clouse: Maestro Chen nuestro espía nos informa que el maestro del rayo está herido— ante eso Nya suelta la hoja de palmera por la impresión golpeando a Chen en la cara.

Maestro Chen: ¡tonta, ten cuidado, lo haces muy fuerte!— se acomoda para que Clouse le siga contando más, a lo que la Samurái X vuelve a tomar la hoja para seguir escuchando.

Clouse: los ninjas se debilitan, Maestro— le susurra serio— también me contó que viento no llego a su reunión.

Maestro Chen: búsquenla también— le ordena pensativo.

Clouse: así será— le contesta decidido y asintiendo.

Maestro Chen: ¿qué hay de su espía?— le cuestiona y la chica comienza a sudar nerviosa— ¿lo encontraste?.

Clouse: no, aún no sabemos nada— dice con la voz grave— pero lo encontraremos— dice decidido a lo que Nya traga saliva rogando por su vida.

Mientras en las montañas cerca de la costa, frente a una catarata, se encontraban unos guardias bailando al compás del ritmo de la canción que Darreth tenía en su escondite.

Guardia jefe: ¿qué están haciendo?— le pregunta a los dos guardias que bailaban de una manera ridícula.

Guardia 1: yo solo estaba…

Guardia 2: este yo…

Guardia jefe: ¿qué?— fastidiado, se les acerca intimidante— ¿acaso par de inútiles no se fijaron en la catarata?— pregunta echando humo del enojo.

Guardia 1: oh si— dice asintiendo aliviado— es bonita— la mira de reojo y sonríe— muy bonita.

Guardia: bellísima— le sigue silbando— una maravilla.

Guardia jefe: ¡tontos!— exclama enfadado— ¡para buscar al intruso!— los dos guardias salieron corriendo al ver que su jefe iba a tomar su lanza.

Guardia 1 y 2: ¡si señor!.

Guardia jefe: novatos— sale corriendo detrás de ellos. Por el momento, Darreth se encontraba aun bailando y aun fingiendo que tenía una guitarra.

Darreth: ¡un gran ninja soy!, tuturutú— se tira al piso de manera dramática.

Nya: Darreth— trata de comunicarse con él, pero la música estaba tan fuerte que no la escuchaba— van a buscarte, ¿me oyes?— Darreth se levanta— ¡DARRETH VAN HACIA TI!— en ese momento el de vestimenta café sintió el verdadero terror.

Darreth: ¡ay mamá!— se acerca al control de mando— si, el botón de camuflaje— lo intentaba buscar entre tantos botones, pero estaba tan nervioso que solo comenzó a presionar todos los botones.

Guardias: está aquí— comenzaron a reír al pensar que ya lo habían atrapado.

Darreth presionó un botón donde la apariencia del vehículo cambiaba, se convirtió en un tren, un camión de circo, una roca, un autobús y por último en un camión de lujo con ruedas para todo terreno.

Tú en ninjago (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora