Tú en ninjago (Libro 2 de 3)

capitulo 40

Narrador omnisciente

A Kai lo llevan a una celda a empujones, para apurar la causa, con los demás prisioneros quienes estaban encadenados con unas cadenas extrañas que al parecer anulaba sus poderes, todos estaban cabizbajos rendidos, los participantes ajenos a los ninjas se sentían estúpidos por no haberles hecho caso a quienes les trataron de advertir.

Jay: descuida Kai— le habla apenas ve que lo lanzan al suelo— Lloyd vendrá por nosotros— dice confiado, él confiaba ciegamente en el rubio de ojos verdes.

Maestro Chen: eso espero— ríe de manera malvada mientras Kai le da una mirada triste a Skylor quien la evita sintiéndose culpable y triste, no debía de pasar, pero a ella le gustaba el ninja rojo— Clouse— este da un paso al frente esperando nuevas órdenes— tráenos a la chica del viento, tenemos una deuda que saldar— Clouse solo asiente y se larga calmadamente a realizar su labor.

Kai: ¿qué deuda?— le pregunta enojado, siempre sospecho que Clouse y Chen miraban de manera amenazadora y sospechosa a la chica.

Maestro Chen: tengo una venganza que llevar a cabo— sonríe maliciosamente, quería disfrutar el dolor que sintiera la elemental del viento.

Griffin T.: hey no le hagas daño a mi futura esposa— se cruza de brazos indignado, le gustaba _ y mucho, sentía una atracción muy grande por ella.

Jay: ¡¿cómo que tu esposa?!— le grita enfadado, a los ninjas no les caían nada bien los demás participantes, especialmente el velocista, ya que se daban cuenta de las intenciones de este con su “pequeña” hermana.

Kay: ¿venganza?— le cuestiona a Chen sin entender, que supiera _ no lo conocía de antes.

Maestro Chen: ya verán ninjas— les sonríe de una manera macabra.

Mientras en la fábrica del Maestro Chen, Cole se encontraba dibujando y anotando los planes que les comentaban los demás para ir sacando ideas y planificar un buen plan.

Cole: okay— arruga el papel y lo bota— tal vez enrollarlos en arroz primavera gigante no sea el mejor plan, ni tampoco hacer cajas gigantes donde meternos de a dos, ni hacer fideos largos para enrollarnos, tampoco hacer juguetes sorpresa donde nosotros seamos los juguetes— les habla a los demás quienes le miraban atento a cada palabra, movimiento y gesto del pelinegro que la verdad no entendían mucho— ¿alguien más tiene otra idea?— cuestiona con poca paciencia, el dispensador estaba repleto de papeles con “planes” desechados.

Karloff: Karloff solía ser aeromecanico cuando vivía en metalonia, trabajar en jets de combate— cruza sus brazos entre sí mientras recordaba aquellos días cuando era un joven soldado— uno solo podía destruir un ejército entero— comenta orgulloso de sus creaciones, resulta que era el encargado del lugar donde construían los jets.

Cole: buena idea, pero dos cosas— enumera con sus manos— ¡aquí no tenemos un jet de combate y de que sirve un jet estando bajo tierra!— se desespera al ver que nadie le daba buenas ideas.

Lo único que quería era poder salir para recuperar sus poderes y reunirse con sus amigos y poder ver una dulce sonrisa de la castaña para poder estar tranquilo.

El dispensador donde estaba sentado se activó y este cayó al final de espaldas, frunció el ceño, estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba y resulta que Cole no tenía el mejor carácter.

Darreth: no me hagan caso, sigan en lo suyo— dice pasando sobre este para al final pararse frente a unos muebles recolectando cosas que según él le podían servir.

Cole: ¿qué haces?— le pregunta del suelo curioso y medio molesto.

Darreth: bueno, ya que nadie me hará lo que quiero— comenta con las manos llenas de cosas— no me queda más que hacer una máquina para mis po…