capitulo 63

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Narrador omnisciente

Después de que la castaña lograra escapar, los anacondrai que iban en el helicóptero recién se dieron cuenta de la ausencia de esta al llegar, al momento de esto entraron en pánico, se culparon unos a otros, aunque la culpa la tuvieron todos.

Anacondrai x: ¡el Maestro Chen nos matará!— sentencia el general que apuñalo a la de ojos color miel— ¡idiotas al menos encierren bien a Pythor!— comenta disgustado y los demás asienten atemorizados.

Pythor: ¡no me encierren en eso, copias baratas!— grita con ira el pequeño anacondrai quien es ignorado y encerrado de todas formas en un frasco de vidrio que era más grande que él.

Los anacondrai se encaminan a la base donde estaba el de ojos color ámbar, quien estaba impaciente esperando al ser que lo haría invencible, cuando entran al lugar y este se percata de su llegada, se voltea a verlos sonriente.

Maestro Chen: veo que ya han vuelto con nuestro pequeño amigo— comenta burlón avanzando hacia ellos de manera lenta con ambas manos en su espalda, pero frunce el ceño al ver que faltaba su prisionera— ¿dónde está viento?— cuestiona enojado y los anacondrai temerosos se inclinan ante él.

Anacondrai x: lo lamentamos Maestro— comienza a hablar titubeando, ya que estaba muy asustado por su destino— viento ha escapado— le informa y Chen enojado, alza sus brazos con fuerza.

Maestro Chen: ¡son unos incompetentes!— les mira con desprecio bajando sus brazos, pero parándose bien derecho, intimidando a los demás— inútiles— susurra intentando calmarse, no era el momento de perder la cabeza.

Anacondrai X: Maestro Chen— le llama inclinándose aún más ante él— viento fue herida y fingimos su muerte— Chen voltea a verlo de manera fija— los ninjas creyeron la farsa que usted mismo planeó— el pelirrojo sonríe triunfante ante eso, sabía que eso sería un golpe bajo para los ninjas y sabía que eso los debilitaría.

Maestro Chen: bien— sonríe ampliamente— eso es bueno— pensó que en otro momento tendría que ir por la chica, si es que esta no moría antes— comienza a reír, pero es interrumpido por un anacondrai.

Anacondrai??: mi señor— le habla tiritando— le hemos traído al prisionero tal y como lo pidió— comenta asustado ofreciéndole el frasco de vidrio donde estaba este.

Maestro Chen: al menos han traído a Pythor— dice avanzando hasta estar frente al mencionado, quien le mira enojado y frunciendo el ceño tanto como podía.

Pythor: ¡déjenme ir!— exige apuntándolo— ¡charlatanes!— comenta enojado dentro del frasco que ahora sostenía el mismo Chen quien le miraba divertido— ¡fraudes!— sigue atacando con enojo intentando romper el vidrio sin éxito alguno— ¡gusanos!— les sigue intentando de ofender— ¡váyanse al carajo!— aprieta sus puños con ira mirando al jefe de todo el lugar— ¡falsos anacondrai de tercera!.

Anacondrai???: no lo entiendo— habla con duda en su voz mirando el tamaño del anacondrai blanco— ¿cómo sacaremos suficiente esencia para todos?— le cuestiona a su jefe quien sonríe seguro avanzando hasta una mesa.

Maestro Chen: el plan más simple— habla destapando el frasco de vidrio metiendo al serpentín de manera brusca a una caja de vidrio enorme con una rueda de hámster— a menudo es el mejor, aunque— ríe contento poniéndole un casco a Pythor quien intento resistirse— los más complicados son los más divertidos— el anacondrai blanco le miraba con odio cuando Chen logra ponerle el casco— ¡ahora corre!— le exige a este y el de ojos color carmesí le saca la lengua cruzándose de brazos.

Pythor: ¡un verdadero anacondrai!— marca bien firme en su voz la palabra “verdadero”— ¡jamás se degradaría de esa forma!— sentencia con orgullo mirando a un costado, muy indignado ante tal petición— aún tengo mi honor— comenta enojado queriendo darles su merecido.

Tú en ninjago (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora