Capítulo 52

5.9K 691 327
                                    

A Alice le dolió el vientre por tanto reírse.  Por eso lo acunaba en ese momento, como si eso le diera algún tipo de solución.

    Cuando levantó la mirada por un momento, 'calmándose', volvió a reventar en risas cuando vio la cara mojada del hombre, con una expresión amenazante.

     Los ojos claros se fijaron de nuevo en lo que se rompió, como... examinando.

    —¿Muy divertido, Alice? —le preguntó sin mirarle, deslizando sus dedos en su cabello húmedo para así peinarlo hacia atrás.

    La aludida no dudó en responder, aún entre risas:

    —Sí.

    Pronto, demasiado pronto, abrió los ojos en demasía cuando notó las intenciones que él tenía.

    —¡Dylan, no!

    Era obvio que el hombre no le iba a obedecer.

    Así que corrió, y casi tropezó.

   Alice nunca había sido tan rápida para salir de un baño, en serio.

    Incluso dio un portazo.

    —¡Traeré ayuda! —gritó, con una gran sonrisa, recostada ahora en la puerta blanca que pertenecía al cuarto de baño.

    —No es necesario. Vuelve aquí.

    Luego lo escuchó maldecir.

    Alice se rió otra vez.

     —No tardo —casi canturreó. Cuando estuvo a punto de seguir su camino, una idea llegó. Divertida, agregó—: Ten cuidado, Dylan, no te vayas a resbalar.

    Él dijo algo más, pero lo ignoró a propósito.

     Alice no se apartó todavía de la puerta. Allí, suspiró, puso su mano en donde se encontraba el palpitante corazón, y sonrió. La sonrisa se mantuvo en su rostro hasta que enfocó y...

     Sofía Ferrer la miraba.

     Los ojos verdaderamente miel de la adolescente estaban entrecerrados, y puestos, solamente, en su persona.

     Había recelo en ellos.

     —¿Encerraste a mi hermano en el baño?

     La pregunta la dejó aturdida.

     —Eh, no. Algo... algo se rompió, y Dylan está tratando de arreglarlo.

     Sofía seguía dándole aquella mirada, aquella mirada que la incomodaba.

     —¿Qué se rompió, tu corazón? ¿Eso es lo que está tratando de arreglar?

     La mayor parpadeó.

     Se quedó con la boca abierta.

     Se quedó sin habla.

     Pero no fue por mucho.

     —¿Disculpa?

     Sofía empuñó las manos.

     —Dylan no se preocupa por nadie más que por sí mismo y por mí —comenzó la menor, bajando la voz—. No es de él llamar a los tres mejores abogados que conoce para defender a una mujer con la cual sólo se besó una vez.

    La mayor abrió la boca y la cerró. Susurró poco después:

    —¿A-abogados?

    —Tres —confirmó la contraria, levantando tres dedos—, lo que es una exageración. Vi a uno mucho antes, y lo dejé pasar. Cuando fui a atender la puerta hace poco, hallé a los otros dos. Ellos querían saber cómo está la víctima, o sea, tú. Repito, es una exageración. Pero Dylan es así; él siempre ha sido un "poco" sobreprotector conmigo, y lo entiendo, porque es un tonto que no quiere que nada me afecte. Pero tú...

     Alice no dijo nada. Sofía prosiguió:

     —A él las personas le importan una mierda, Alice. Tú no deberías de importarle.

     La mencionada soltó un suspiro, un suspiro tembloroso.

     —Entonces —dijo, incómoda—, ¿los abogados están afuera?

     Los labios de la menor se apretaron, y formaron una línea. Ella respondió:

     —No. Les dije que haría que Dylan los buscara.

     Alice asintió, y caminó hacia la puerta, pero se detuvo en seco al escucharla decir:

    —Te... ¡te estoy diciendo que eres importante para mi hermano!

     Muy lentamente, se giró y la miró; los ojos claros de la menor estaban rojos, y brillantes.

     —Sofía, ¿qué quieres que haga? —cuestionó—. ¿Quieres que me le abalance sólo porque crees que le importo?

     La contraria retrocedió dos pasos, como si le hubiera dado un poderoso puñetazo. Su voz era temblorosa cuando soltó:

     —Quiero... quiero que te alejes de él.

      Las palabras la sorprendieron, pero no lo demostró.

     —¿Y si no quiero eso? —inquirió, ladeando la cabeza como había visto a Dylan hacer—. ¿Y si yo lo quiero?

     —Todas quieren a Dylan.

     —Según tú, él me quiere a mí —replicó—. "Todas quieren a Dylan, pero parece que te quiere sólo a ti". La diferencia está allí. El problema está allí. Si Dylan me quiere, y yo lo quiero... es tu preocupación.

     Alice no sabía qué estaba haciendo, sin embargo, no se detuvo:

     —Porque, de esto se trata, ¿verdad? Crees que te quitaré a tu hermano.

     Sofía bajó la mirada.

     —No quiero ser echada de lado. No quiero ser echada de lado cuando comiencen a salir.

    Alice suspiró.

     —No pasará —esto tenía un significado diferente—. Y, ya estamos saliendo —dijo sin pensar, y los ojos de la menor se abrieron en demasía.

     —¿Son novios? —chilló—. ¿¡Qué!? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo?

     —Espera, no dije "novios"; dije "sali-

     —y aceptas salir conmigo.

    Todo tuvo sentido de repente.

    —Oh, por Dios.

    Sofía parecía preocupada cuando la miró.

     —¿Invitar a salir a alguien... también significa, eh, pedirle que sean —Tos—... novios?

     —Sí —contestó la menor, muy despacio—. ¿Estás bien?

      Alice gimió, y ocultó su rostro rojo con sus manos.

     —P-perfectamente.

     Sólo siendo la novia de tu hermano, sin tener idea.

    

, 💣

Muuuuuu🐄

Cof, cof,

Muuuuuchas gracias ✨

—Lu

El Error de Dylan Ferrer | Tomo 1&2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora