Capítulo 1

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~12 años después ~

 "RJ, ese es el alias de uno de los ladrones más conocidos en el mundo. Sus delitos son preocupantes y de gran amplitud".

[...]

"Por once largos años se ha dedicado a robar hogares de la alta sociedad, y al parecer, no muestra intenciones de parar".

[...]

"Nadie sabe quién es; nadie sabe su nombre verdadero, nacionalidad y por supuesto, nadie ha visto su rostro".

[...]

"RJ, un hombre enmascarado dispuesto a todo".

[...]

"Se sabe que se hace llamar RJ porque ha dejado más de una vez éstas como marca de sus cometidos".

[...]

"Si alguien tiene alguna información de este delincuente, por favor, llame a la policía y-"

     —Aburrido —dijo Dylan Ferrer, arrugando el periódico.

     —¡Oye!

     Sofía, su hermana menor, vio cómo el papel era echado a un lado como si fuera basura. Levantó los ojos a la cara de su hermano y lo encontró mirando en su dirección con confusión.

     —¿Qué? —le preguntó el idiota.

    —¡Necesitaba eso para mi tarea! —exclamó a cambio, apretando sus puños al notarlo tan tranquilo, ahora tomando un sorbo de café.

    —Desarrúgalo.

    —¡Aish! ¡Eres un tonto! —Tomó el periódico, y con una mueca, comenzó a arreglar el daño que su tarado hermano mayor causó.

    —También te quiero mucho, enana —murmuró Dylan, para después coger el control y encender el televisor.

     Sofía desarrugó el periódico llena de irritación, pero mientras aplanaba el papel en un pobre intento de recuperar su forma, su irritación mermó hasta desaparecer. Sus dedos se deslizaron por las palabras impresas en ese periódico mal escrito, y sus ojos quemaron al mantenerse enfocada por más tiempo en el alias "RJ".

    —Dylan... —habló ella por fin, esta vez con calma. Su hermano ni siquiera la miró, pero estaba al tanto de lo que iba a decir.

    —¿Mhn? —le instó cuando solo se quedó en silencio.

    Sofía tomó un respiro, antes de finalmente soltar la pregunta.

    —¿Tú... tú seguirás en lo mismo?

     Él, quien estaba a punto de tomar otro sorbo de café, se detuvo. Luego, muy lentamente, se giró a verla con el ceño fruncido.

    —¿A qué se debe esa pregunta? —cuestionó, viéndose abruptamente molesto.

    —Es... es que ya tenemos una casa, y cosas costosas. ¡Incluso mucho diner-

    —Sí, seguiré —dijo Dylan, interrumpiendo sus palabras y volviendo su atención a la televisión y su café

    —Me da miedo que te pase algo —susurró, bajando la cabeza. No quería parecer o sonar como una ridícula, pero su hermano mayor lo era todo para ella, y el hecho de no verlo más por algún factor inesperado en los planes estratégicos de Dylan a la hora de realizar su... trabajo, la tenía asustada.

    Él sonrió antes de dejar su café a un lado para acercarse y plantarle un beso en la frente.

    —No me pasará nada, enana. ¿Has visto estos músculos? —señaló, doblando el brazo y señalando la gran musculatura llena de tinta de aquel lugar—. Soy invencible.

El Error de Dylan Ferrer | Tomo 1&2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora