F I N A L

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Finales del mes de noviembre, junto las preocupaciones.

     Sus preocupaciones ya no relacionaban a su tía, ni a su prima.

     Ellas ya no eran las preocupaciones para nadie, porque estaban pagando por sus errores, sin obtener una segunda oportunidad...

      Su novio había sido el que compartió el video de grabación, incluso si eso lo implicaba.

      Porque eso era parte del plan.

      El plan que funcionó. Ellas pagarían por mucho, mucho tiempo.

      Nada de eso le preocupaba a Alicia Victoria Lauren en la actualidad, para ser sincera.

      Sus preocupaciones, tenían que ver con otros errores...

     Alice había descuidado un poquitín su trabajo, razón por la cual se le acumuló y sus estudiantes estaban inquietos por saber si habían aprobado o no.

      Unos ya estaban pidiéndole una... 'segunda' oportunidad, porque no necesitaban conocer sus notas finales para saber que no podían ascender de curso.

       El lugar ahora estaba casi vacío, vacío de estudiantes, pero no de maestros. La hora de salida había sido varios minutos atrás, sin embargo, los adultos todavía estaban pasando notas.

      Alice pertenecía al grupo.

      Aprobado.

      Aprobada.

      Reprobado.

      Observó la hora.

      Alice no era la única que había descuidado un poco su trabajo, sino que su novio... también. Ambos descuidaron sus trabajos, y sus pezones sensibles haciendo contacto con su sostén, al igual que la sonrisa apenas visible en sus labios a pesar de su estrés, eran una excelente explicación del porqué.

      Se estremeció. Terminó con su trabajo, con la copia y entrega e incluso con el orden. Entonces, cuando nadie le veía, se puso puntitas y estiró sus brazos al cielo, como en un modo de estiramiento.

      Traqueo, traqueo.

      Suspiro de alivio.

      Mientras caminaba, observó su muñeca a su reloj.

      Dylan la recogía siempre, y le había informado hacía unos minutos que tardaría esta vez.

      Tardaría.

      Alice no caminó hacia la salida de la institución. Necesitaba hacer algo urgente.

      Algo realmente urgente.

      Su vejiga lo pedía a gritos.

      Su alivio llegó pronto.

      Alice suspiró, mientras salía del cubículo del baño y se dirigía a los lavamanos, donde evidentemente se lavó las manos.

      Apagó la llave, se observó en el amplio espejo.

      Ya no era la misma mujer que llegó primeramente como una sustituta a aquella institución. Ahora era oficialmente una profesora.
     
       Una profesora buena en las cuentas, un profesora de cabello oscuro, ojos oscuros, y chupetones oscuros en la piel clara bajo su camisa.

       Su cara se calentó.

       Y en ese momento alguien se adentró al baño de mujeres.

El Error de Dylan Ferrer | Tomo 1&2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora