Capítulo 53

6.2K 751 244
                                    

Alice aún estaba procesando la información.

    Todo lo sucedido hasta el momento, desde ese día en cual Dylan la 'invitó a salir', se repitió en su mente.

    Su mano estaba sobre su boca, por el shock, cuando Sofía le hizo recordar que seguía alrededor.

    —Me estás asustando —le dijo ella, luego soltó un suspiro, frunció los labios y miró hacia abajo, hacia el suelo—. Creo... creo que te pediré perdón.

    Alice no hizo nada más que pestañear.

    —Si están saliendo... ya es tarde.

   La mayor nunca se había sentido tan perdida.

    —Quería que te alejaras de él porque... —Dudó, la adolescente en realidad dudó. La contraria estuvo a punto de decirle que no tenía que contarle nada, que estaba bien, pero Sofía se le adelantó con—: Los hermanos de algunas amigas olvidan la existencia de sus hermanas por... por sus amigos, y mayormente por sus novias.

     Aún no levantaba la mirada.

    —Dylan nunca me ha echado de lado por sus amigos —musitó—, pero él nunca ha tenido una novia. Eres su primera novia, Alice. Así que —Otro suspiro—... surgió en mí la tonta e insegura pregunta: "¿Me hará a un lado si te tiene a ti?".

    Ella bajó más la voz:

    —Pero ahora resulta que ya te tiene, y no me lo contó, cuando me lo contaba todo.

    Alice estaba perdiendo el control de la situación, sí, y se dio cuenta de ello cuando notó que los ojos claros, más claros que los de su hermano, comenzaron a desbordar lágrimas.

    —Sofí-

    —Él me lo contaba todo —No hizo nada para secarse el agua salada que se deslizó por su mejilla derecha—. I-incluso me enseñó que —Por fin una sonrisa—... nada es seguro, por más que digan que sí.

    Alice tenía la boca abierta.

    Y estaba incómoda.

    ¿Qué debería decir?

    —Eeeeh, ¿ya te dije que, como algo se rompió, Dylan se mojó?

    La tristeza desapareció abruptamente de los ojos de la adolescente.
   
    —¿Se mojó?

    Alice asintió, un poco demasiado animada por el cambio de tema.

    —Un chorro de agua dio directamente en su cara.

    Una sonrisa se dibujó en sus labios, y también en los de la contraria.

     —¿El agua salió con fuerza?

     Los ojos le brillaban ahora con maldad.

     —Demasiada —confirmó—. Fue como un puñetazo —Aquí ya estaba dramatizando—, porque retrocedió como unos cuatro pasos.

    Sofía tenía de repente su celular listo para grabar en mano.

     —¿Gritó? —cuestionó sin parpadear.

    Alice tuvo que pensar para contestar.

    Negó.

    La menor parecía decepcionada.

     —Dime que te reíste en su cara.

     —Lo hice.

     Los ojos de Sofía se abrieron desmesuradamente.

    —No lo hiciste.

    —Lo hice —repitió.

    La contraria comenzó a negar con la cabeza, lo que la confundió.

    —Ay, Alice, Dylan es muuuuy vengativo —Pegó en su cara el sufrimiento—. Lo mejor es que salgas del país; así no habrán heridos —Una palmadita en su hombro—. Se te extrañará.

    Luego, antes de que siquiera abriera la boca para contestar, dijo:

    —Déjame que adivine —Puso su dedo índice en su sien y apretó los ojos, fingiendo así que en realidad estaba 'adivinando'—: Saliste del baño con el pretexto de... que ibas a buscar  ayuda, y que te tardarías en encontrarla, incluso cuando se sabe que por el teléfono se puede hacer.

    La charla en realidad era como una montaña rusa, notó.

    Se movió un poco, sólo para cambiar de posición.

    —Ujum —emitió, a pesar de que no fue tan, tan así. La sonrisa otra vez—, la idea era-

    Pronto lo notó:

    Dylan Ferrer parecía haber solucionado el problema sin ayuda,

     porque en ese momento,

     él estaba sentado,

     muy casualmente en un sofá costoso,

    observándolas.

    El cabello del hombre era un completo desastre. Uno que repentinamente Alice quiso ir a tocar.

    Sofía, que muy lentamente se giró para mirar lo que la tenía con los ojos bien abiertos, en realidad saltó cuando se dio cuenta de su presencia. Poco después preguntó:

     —¿No estabas tratando de arreglar-

     —Sólo tenía que cerrar una llave.

     La hermana de este levantó un poquito su celular, disimuladamente, para enfocarlo.

    Por supuesto que él se dio cuenta.

     —Enana, no tengo una camisa puesta —Una sonrisa ladeada—. ¿Quieres que las mocosas babeen viendo mis fotos? Dudo que lean la descripción "divertida" —hizo comillas con los dedos—, que pondrás.

     Sofía refunfuñó:

     —Sólo porque tiene abdominales se cree de lo mejor. Idiota.

     —¿Cuánto escuchaste? —le preguntó Alice, a lo que él se encogió de hombros.

     —No mucho.

    Ambas suspiraron con alivio.

    Eso fue hasta que Dylan agregó:

    —"Eres su primera novia, Alice".

    Esta vez no sólo fue la susodicha quien enrojeció de vergüenza.

    Sofía Ferrer también lo hizo.







    
    

El Error de Dylan Ferrer | Tomo 1&2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora