Capítulo 12, Temporada 2

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Sucedió una noche del mes julio...

     Alan, desde su lugar, estaba inquieto. Y más de una vez se dirigió a la entrada, se sentó cerca de la puerta y esperó, sólo para volver pronto a su cama y lloriquear.

     Su persona favorita no había vuelto a casa.

     Alice había llegado a la mansión hacía aproximadamente seis horas con veintiséis minutos y trece segundos.

     Sabía que había llegado temprano, también sabía que la razón por la que su novio podría estar tardando tenía mucho que ver con algún asunto de relevancia en alguna empresa.

     Sólo que... él le habría informado.

     No lo hizo.

     No lo hizo y ella, tanto Sofía, comenzaron a llenarse de preocupación. Alice mordía su uña, y observaba por la ventana. La menor estaba sentada afuera, con su celular en mano, a punto de llamar de nuevo, esperando.

     Su celular sonó. Sofía saltó, pero entonces notó que no era el suyo el que emitía ruido. Ella corrió hacia la puerta, abrió justo en el momento en el cual Alice se colocó el aparato en la oreja.

     —No está en ninguna empresa —le soltó el hombre al otro lado de la línea.

      La sangre se le heló.

      Entonces:

       —Ey, no te preocupes. Podría haber viajado, ¿sabes? Quizás no tuvo tiempo para decírtelo y-

       —Siempre tiene tiempo para mí, para Sofía —La menor asintió de acuerdo. Alice colocó el aparato en altavoz. Su mano llegó a su cara y subió, hasta llegar a su cabello—. Algo... algo no está bien, Haz.

       El silencio que siguió le confirmó que él pensaba exactamente lo mismo.

      

🔸🔸🔸

Dos horas y cuarenta minutos con veinte segundos después de aquella llamada, el celular de Alice emitió un sonido de alerta.

      Ella no estaba durmiendo en lo absoluto cuando eso sucedió. Dylan no había llegado. La cama amplia estaba fría sin él, sentía frío sin él. Estaba despierta, todavía esperando que su novio llegara.

      Pero no era Dylan quien había llegado.

       Rápidamente se levantó y tomó su celular. Abrió la ventana emergente y automáticamente varias imágenes inundaron la pantalla. Uno de los cuadrados parpadeaba en los bordes...

       El sensor detectó movimiento.

       El movimiento de personas tratando de no ser detectadas, y fallando sin notarlo.

        Alice sabía que si su celular le había alertado, a Sofía también. Fue por ello que le escribió que se quedara donde estaba, que ella sería quien llegaría hasta su lugar, que mientras tanto pidiera ayuda.

        Porque después de todo, los hombres estaban a unos cuantos metros de su habitación, de la habitación de Dylan.

       Tragó, y sintió que perdería el conocimiento debido a que su corazón golpeaba con fuerza y su nerviosismo era intenso.

       Deslizó sus dedos por cada imagen, donde podía observar a los hombres comunicándose en silencio.

       Ella les entendía un poco.

El Error de Dylan Ferrer | Tomo 1&2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora