Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse)

T2 C3

Omnisciente

— ¿Me odiarias si te encierro en una torre? — Iku se quedó en silencio viendo al mayor.
No sabía si pensar que era una broma o tomarselo en serio.

Conoce a su padre, en las circunstancias necesarias sería capaz de hacerlo.

— ¡Kacchan, no digas eso! — y así Katsuki e Izuku comenzaron a discutir.

Iku solo los miraba hablar más y cada vez más.
Él mantenía silencio.

— M-mamá... — sus padres lo ignoraron y continuaron en su tonta pelea.

Iku no se asustaba por esto, era una torpe pelea sin sentido como las muchas que los mayores acostumbran.

En cosa de 10 minutos estarán como si nada.

El joven omega suspiró resignado a la vez que se levantaba y como si fuera un fantasma salió silencioso.

De todos modos sus padres ni cuenta se dieron.
Y para la suerte del de rizos dorados, Denki iba pasando por ahí — ¡Tío! — llamó sonriente — ¿Le puedo preguntar algo? —

Si sus padres no le pudieron resolver sus dudas por completo, tal vez su tío Denki pueda.

¿Cierto?

[...]

— ¡Traje esto! — entró Kaito gritando y justo después de él entro Kai empujando.

— ¡Yo esto! — gritó más alto.
Esos dos siempre se encontraban en una pelea por dominación.

Realmente parecían cavernícolas peleando por todo.

¿A quien le gritaban? A ese joven omega al que compartían.
Dai es su nombre.

El chico de cabellos negros se sonrojó y asustó por la llegada tan repentina de los alfas.

— ¿D-de que hablan? — Dai se hizo pequeño con la presencia de ambos que parecían tan alterados.

Dai es un omega muy tímido, reservado, asustadizo y casi inocente.

Podrían pensar lo contrario al saber que está con dos alfas, pero no, no es así.
Eso nunca fue decisión suya.

Los gemelos simplemente lo tomaron sin preguntar si quería estar con ambos.

Al parecer eso de reclamar omegas sin siquiera preguntarles lo sacaron de Katsuki.

Con el tiempo Dai se acostumbró y ahora quiere bastante a ambos.
Solo podías aguantar a ese par si realmente los quieres.

¿Por qué gritaban los gemelos? Bueno, uno de ellos traía un lindo anillo y otro un reluciente collar.
Eran regalos para el omega.

Y obviamente querían sobresalir más que el otro.

— Ten, es para ti — Kaito apenas se estaba acercando cuando Kai lo empujó.

— Esto es mejor — mostró el bello anillo.

— N-no es necesario na-nada de eso — Dai negó sonrojado y sin querer recibir los regalos.

Vaya, esas joyas no eran cualquier cosa, se sentiría como un aprovechado al tomarlas.

— Fue difícil robarselas a Iku, tienes que aceptar — Kai se quedó viendo a Kaito cuando dijo eso.

— ¿Tu también le robaste a Iku? — esas joyas eran de su hermano menor.
A los gemelos no se les quito esa maña de tomar cosas que no son suyas.