Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse)

16.- Miedo

Omnisciente

El periodo de celo en Izuku había terminado y no podía sentirse más exhausto y avergonzado.

Aunque durante su celo esté siendo guiado por sus instintos, recordaba todo lo que pasó e hizo.

El como le rogó a Katsuki para que le diese cachorros, como le vieron desnudo, las veces que lloró por atención.
Recuerda todo.

Estaba más que apenado, tanto que pidió a Ochako que lo dejara solo un rato, diciendo que quería descansar cuando realmente le daba pena verla a los ojos.

Pero había alguien a quien no le podía dar órdenes.

Katsuki.

El alfa entró pateando la puerta e Izuku de inmediato se cubrió con las cobijas; como si no le hubiesen visto desnudo.

Bakugo olfateó el aire por unos segundos, aún olía a celo pero sabía que al omega ya se le había pasado.

Clavó su mirada en Izuku que estaba muy sonrojado. ¿Como vería a Katsuki como si nada después de haberle rogado por sexo?

Se acercó a la cama y de un solo jalón quitó las cobijas con las que Izuku se cubría.
El omega empezó a temblar involuntariamente sin decir algo, se hizo un poco hacia atrás cuando Katsuki trepó en la cama, acercándose a él.

— Deku — le llamó estando ya muy cerca — ¿Que tienes? — Izuku estaba con los ojos cerrados y la cabeza agachada, evitando el contacto visual con Bakugo.

— ¿Eh? — lentamente abrió los ojos levantando la cabeza pero sin dejar de temblar.

— ¿Por qué ahora me tienes miedo? — la voz de Katsuki era rasposa y ronca como siempre.
Aún así se podía percibir algo de desilusión en sus palabras y en sus dudosos ojos.

Esto llegó directo al noble corazón del omega que se sembró esa misma duda.

"¿Por qué le tengo miedo?"

Se preguntó a si mismo.

Katsuki le había cuidado más que nadie durante su celo, lo alimento y le dió todo el cariño que pudo.
Más importante aún, le respetó.

El alfa no era malo, simplemente es diferente a lo que Izuku está acostumbrado.

No era a él a quien debía temer.

— No te tengo miedo... — una disculpa discreta — Bakugo — le sonrió un poco.

— ¿Por qué me dices Bakugo? — gruñó haciendo un disimulado puchero.

— Eh... — tragó saliva — ¿Kacchan? — dijo con vergüenza, vaya, hasta le había puesto un apuesto cariñoso al alfa.

Atinó a la respuesta que Katsuki quería escuchar, lo supo porque el alfa le dió un abrazo, metiendo su cara en el cuello del peliverde.

Lamiendo y haciendo suaves cariños.
Izuku estaba sorprendió con si mismo, no quería separar al alfa o alejarse de él como antes.

Se sentía bien recibir su cariño.

Katsuki de la nada se separó, sin decir palabra alguna camino hacia la salida dejando solo a Izuku.