T2C11

6.9K 981 102
                                    

Omnisciente

El día llegó y ahí estaba Dai frente a los reyes que por azares del destino resulta que también son sus suegros.

Este pensamiento no ayudaba nada para tranquilizarlo.

No solo estaba frente a los reyes, estaba frente a toda la familia real.

Izuku lo miraba con esa pequeña sonrisa que traía paz a cualquier alma, era imposible no amar a Izuku, todos en el reino le tienen mucho aprecio por grandes cosas que ha hecho y ayudado.

Aunque toda esta tranquilidad se esfumaba con la presencia del rey Katsuki.
Solo verlo de lejos causa escalofríos e impone respeto y hasta terror, tenerlo a solo unos metros y con la mirada en él le hacía sentir que se iba a derretir.

El alfa le miraba de pies a cabeza detenidamente, su mirada era fría pero a la vez feroz como el fuego.

Los gemelos igual estaban que se morían de nervios ¿Cómo no? Si es su omega el que está frente a ellos.

Le daban miradas de apoyo para intentar hacerle sentir mejor.

Mientras tanto Iku solo tenía la mirada hacia abajo, ni siquiera le miraba, parecía tener la mente en otro lado.

— ¿Cuál es tu nombre? — pregunto el alfa mayor, Dai sintió escalofríos.

Y no exageraba, claro que no, Katsuki es bastante imponente y claro que sabe las historias que el pueblo cuenta sobre su rey.
Normal sentirse intimidado.

— Dai... — respondió seco.

— ¿Dónde vives? — pregunto Izuku acariciando el brazo de Katsuki.

Le daba lastima ver cómo el pobre chico estaba muriéndose de nervios por Katsuki, quería tenerlo tranquilo — ¿Tus papás están contigo? —

— N-no, mis papás están en otro pueblo perteneciente al reino... Y-yo vivo so-solo aquí — Izuku asintió lentamente.

Eso le parecía extraño, un omega tan joven viviendo solo, al menos esperaba que tuviera pareja.

Poco sabía que sus adorados y amados gemelos son pareja de Dai.

Katsuki miró a sus hijos de reojo y regresó la mirada a Dai.

— Si le tocas un cabello... — Katsuki se acercó al chico mientras gruñía.

— Kacchan — habló Izuku casi como regaño, no era necesario ni le parecía bien que Katsuki le meta tanto miedo al pobre chico.

Dai ya estaba temblando y con la mirada hacia el suelo, le daba terror siquiera ver al rey directo a los ojos.

Katsuki volteó la mirada hacia Izuku que de inmediato se calló, los gemelos ya estaban sudando frío e incluso Iku se sentía intimidado por la actitud de su padre.

El alfa regresó la mirada al pelinegro — o le haces daño, ni siquiera intentes huir... — el omega solo pudo asentir tembloroso.

Vaya problema en que se metió por culpa de los gemelos.

Ahí comprendió que a quien le debía de temer no era a Iku, sino a Katsuki — ¿Entendido? —

— S-si, mi rey — Katsuki suspiró dando la vuelta.

— Mañana empiezas...

[...]

— ¿Ven lo que hicieron? — Dai no tardó en reclamarle a los gemelos en cuanto pudo.

Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora