Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse)

EXTRA V

Omnisciente

Temprano por la mañana y Katsuki ya no sabía que hacer con los gemelos que literalmente no le dejaban hacer nada, los traía encima.

Los niños mordian, pateaban y demás haciendo berrinches, lo único que Katsuki podía hacer era alejarlos para que apenas segundos después los niños estén haciendo lo mismo.

— ¡Si Iku puede también nosotros! — se daban ánimos colgándose uno de la capa y otro de la pierna del mayor.

No dejaban de pensar en como su hermano menor "derrotó" a Katsuki y ellos no.

Los intentos de ambos eran totalmente inútiles, no estaban ni un poco cerca de derribarlo.

Katsuki tenía apenas un rato despierto y quería aguantar al menos la primera parte del día sin estar enojado.

A decir verdad, soporta bastante a los gemelos.

— ¡También mami puede, yo una vez ví como estaba sobre papá! — gruñó Kaito y el rostro de Katsuki cambio de inmediato.

Su cara era de sorpresa y hasta un poco de pánico, al menos sabe que los niños no deben den ver ese tipo de cosas.

Agradecía que el niño no entendiese bien ese tipo de cosas.

— ¡Basta! — gritó el mayor y con sus mismas manos levantó a Kaito por la pierna — ¿De que mierda hablas? — el niño quiso gruñir pero apenas le salió.

Era como un pequeño gatito.

— Los omegas te ganan, no eres fuerte — Katsuki medio sonrió a la vez que movía su pierna lo suficiente para hacer caer a Kai.

— ¿Tu qué sabes? — acercó su rostro al de Kaito — yo mismo te cambié los pantalones, niño inútil — ahora Katsuki fué quien gruñó.

Era casi como un rugido.

— ¡Déjalo! — sintió golpes y jalones de Kai que intentaba salvar a su hermano.

Sin embargo Katsuki no soltaba al otro, el niño lo había retado y ahora estaba pagando, la pura mirada del alfa mayor era suficiente para asustarlo.

Y de un momento a otro, se detuvo, Kaito calló de trasero en el suelo, Katsuki le soltó, más no por voluntad.

Kai en un intento por salvar a su gemelo, accidentalmente golpeó esa zona en la que todo alfa era débil.
Le dió justo en la entrepierna a Katsuki.

El mayor se quedó quieto, aguantando el dolor y coraje, su mandíbula estaba rígida.

— ¿Ganamos? — se preguntaron los niños antes de empezar a reír.

Hasta que escucharon un grueso, duro y extremadamente intimidante grunido salir de la garganta de su padre.

Dejaron de reír en ese mismo segundo, hasta chillaron de miedo — ¡Corre!

[...]

— ¡Mami! — grito el pequeño Iku mientras trepaba en su pequeña silla para ver mejor a Izuku.

— ¿Qué pasa amor? — puso toda su atención en el menor.

— ¿Por qué toda la gente grande tiene pinturas y los niños no? — en esa cultura, los niños recibían las marcas que los distinguirán o darán rangos hasta ser mayores o comprometidos.

— Porque aún son pequeños — explicó brevemente.

Izuku aprendió rápido durante los años, Katsuki le mostró mucho sobre su cultura y costumbres.
Aún había cosas que no entendía del todo.