12.- Cariño

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Omnisciente

— Tú afuera — el bastón de Chiyo se atravesó justo frente a Katsuki impidiéndole pasar.

— ¡¿Qué pretendes anciana?! ¡Es mi omega! — sus músculos se tensaron a la vez que gruñó, aguantando las ganas de partir ese bastón.

Ya estaban de vuelta en las tierras de Katsuki, el camino no fué largo, volando en dragón apenas tomó unos minutos.

Minutos en los cuales Uraraka tuvo que aguantar las ganas de vomitar aparte de ir bien agarrada del bastón de su maestra.

— Sí te ve se pondrá peor, así que déjame trabajar — los filosos ojos de Katsuki ardieron en enojo.

Odiaba que le diesen órdenes.

Estaba por estallar en gritos hasta que escuchó a su Deku llorar, si realmente quería ayudarlo, lo mejor que podía hacer ahora es dejar de ser un estorbo.

— ¡Que sea rápido! — gritó haciendo saltar a la castaña que acaba de llegar, estaba vomitando.

Bakugo las miró por última vez antes de irse casi echando humo por las orejas.

— ¿Él s-siempre ha sido así? — preguntó imaginando lo insoportable que debe ser lidiar con él.

— No... — la anciana rió — Cuando era un chico era peor — "¡¿Como es eso posible?!" Se preguntó Uraraka a si misma con una cara de miedo.

Abrió la puerta con tranquilidad, dejando entrar a sus fosas nasales el dulce aroma del omega.

Al entrar encontró a Denki e Izuku, peleando.

El rubio intentaba tenerlo calmado mientras el peliverde le tiraba golpes para ser soltado.

— ¡No me pegues! — Denki se dejó caer encima del pecoso, dejándolo inmóvil pero no dejó de llorar.

Chiyo sonrió, de inmediato supo que Izuku era de esos omegas especiales — ¡¿Ustedes quiénes son?! — volteó Denki con el cabello todo desordenado.

— Déjalo libre... — ordenó Chiyo con voz relajada, Ochako cerró la puerta pensando en que tal vez el omega quiera escapar.

Ella nunca había tratado con un omega en una situación de celo tan extrema.

Denki negó sin levantarse.

— ¡Quiero a mi alfa! — gritó Izuku intentando quitar a su amigo de encima.

— Ella sabe lo que hace — la castaña se acercó a Denki — Lo va a ayudar... — la sincera sonrisa en los labios de Uraraka le dieron algo de confianza.

El rubio se levantó lentamente, Izuku apenas se iba a levantar pero al escuchar el fuerte golpe que Chiyo dió en el piso con su bastón, quedó como atontado.

Denki se sorprendió por lo rápido que pudo contener al urgido de Izuku.

— Necesito uno de esos... — susurró limpiando el sudor de su frente.

— Ochako, ¿Qué podemos hacer con el muchacho? — la anciana claro que sabía bien que hacer.

Solo que tomaría a Izuku como prueba para la castaña.

— ¿Ustedes qué son? — Denki seguía intentando retomar el aire.

— No te preocupes chico, tu amigo estará bien — la curandera palmeó la espalda del rubio.

— No podemos hacer nada contra su celo... — Izuku seguía atontado — El único que puede es un alfa... —

— No queremos que se pase su celo... Queremos que se contenga — corrigió como regaño — ¿El chico se pone muy mal? — preguntó a Denki que reposaba sus manos sobre su cintura con cansancio.

Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora