T2C20

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Omnisciente

— Iku, tranquilo — Izuku se sentía aliviado de que todo salió "bien", aún que en realidad era imposible no pensar en lo que pudo haber sucedido en caso de tener mala suerte.

Y ahora estaba conociendo una faceta de su hijo que no había visto antes.

Iku no solo estaba llorando, parecía molesto, bastante molesto a decir verdad.

— ¿Tranquilo? — se quedó viendo a Izuku.
El menor ya tenía la cara y los ojos rojos de tanto haber llorado — ¿Esperas que esté tranquilo después de que mi propio padre me iba a entregar como si nada? ¿Apostarme en una pelea? — Iku jamás le había hablado así a sus padres.

— No iba a permitir que te llevasen — el menor medio sonrió limpiando su cara de las lágrimas.

— ¿En serio? — suspiró — Lo único que dijiste fue "Kacchan" y cuando te pidieron callarte lo hiciste — Izuku tragó saliva al escucharlo.

No podía culpar a Iku por sentirse así — ¿O pensabas intervenir hasta que Ryuu acabase muerto? Creí que tú si tenías algo de sentido común —

— Iku, no me hables así — el rubio mordió su labio inferior.

— ¿Que quieres que haga entonces? — ladeó la cabeza — he hecho de todo, he sido el hijo perfecto, los he obedecido en todo, ni siquiera me preocupe por mi propia vida por pensar en complacerlos y aún así nada es suficiente —

— Iku... — no pudo seguir hablando.

— Y aún así tengo tan poco valor que pensaban regalarme como un animal — levantó los hombros, ya ni sabía que decirle — Más vale que se disculpen con el tío Denki y Kirishima, ¿Cómo es que ustedes se atreven a decidir sobre la vida de Ryuu? — fueron sus últimas palabras antes de dejar a Izuku a solas.

El peliverde no sabía que decir y se odiaba a si mismo, por mas sorprendido que estaba por escuchar hablar así a Iku no respondió porque sabía que Iku estaba en lo correcto al pensar y decir esas cosas.

Mientras tanto el joven no se detuvo, aún tenía muchas cosas que decir.

Habían pasado ya unos cuantos minutos, casi una hora desde la batalla, el omega encontraría a su padre y esta vez no bajaría la mirada y obedeceria órdenes como siempre.

Estaba realmente herido.

Justo se lo encontró entrando a la sala del trono, Katsuki llegaba acompañado de los gemelos que hasta ahora no habían dicho nada más.

Si acaso susurraban entre ellos, toda la situación les parecía tan irreal, tan fuera de lugar, jamás imaginaron algo así.

— Hey — Iku habló llamando la atención de los tres — ¿De verdad ibas a hacerlo? — se acercó al mayor que mantenía un rostro de molestia — ¡Responde! — tanto los gemelos como Katsuki se quedaron sorprendidos por eso.

Iku nunca hablaba así y mucho menos a Katsuki.

Kaito se acercó a su hermano menor agarrándolo del brazo.

— Tranquilo... — susurró — vamos — intento llevárselo antes de que dijera algo más.

Sabe que su hermano no es así y que está actuando por enojo, las cosas podrían salir muy mal.

Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora