Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse)

T2C5

Omnisciente

— Estoy aburrido — dijo uno de los gemelos apenas terminó de desayunar.

No había un día en que esos no estuviesen sin algo que hacer, simplemente no podían estar quietos.

— ¿Vamos al pueblo? — siguió Kai como sugerencia.
Ambos se vieron y sonrieron levantándose de la mesa.

Ni siquiera pedirán permiso, de hecho no tenían que hacerlo.
Privilegio de alfas.

Iku solo suspiró sabiendo que a él no le dejarían ni siquiera alejarse un poco sin tener que ser custodiado.

— ¡Cuidense! — grito Izuku antes de que los gemelos salieran — y no hagan nada malo — antes le daba miedo que a sus hijos le pase algo malo, ahora teme de que ellos hagan desastre — ¿Te gustó el desayuno? — pregunto a su alfa.

— Siempre preguntas y siempre digo que si — fue la respuesta de Katsuki.

Cada que terminaba de comer Izuku le preguntaba ese tipo de cosas.

El omega sonrió con las mejillas rojas.
No importa cuánto tiempo pase, siempre tenía ese tipo de reacciones con su alfa.

Viendo que al parecer ambos estaban de buenas, Iku se llenó de agallas.

— ¿Puedo salir como mis hermanos? Al menos solo a caminar por el pueblo, sería divertido — habló rápido llevándose la atención de sus padres — pero a solas... —

— Siempre preguntas y siempre digo que no — dijo Katsuki — no sé por qué insistes —

Izuku medio sonrió sintiéndose mal por su hijo, aún así no podía reprocharle a Katsuki, sabe que es muy recto con esas ideas.

— Podemos divertirnos aquí Iku — el menor suspiró, claro que no se negaba ante Izuku pero sentía que algo le hacía falta.

— Quisiera tener amigos... — dijo en voz baja — mamá tenía al tío Denki, yo nunca pude hacer amigos de niño —

Si, estaba reclamando a sus padres, algo que jamás hacía — ¿Tu nunca te divertiste de niño papá? — ni él ni los gemelos saben sobre el pasado de Katsuki.

El alfa solo lo ignoraba, no le decía nada ni lo volteaba a ver, claro que no iba a cambiar de opinión, es de las personas más tercas que pueden existir — Bueno... Nunca nos dices nada de eso... —

Después de eso, Katsuki se quedó viéndolo directo a los ojos.
Parecía más serio de lo normal.

Iku de inmediato se sintió intimidado y hasta asustado, bajó la cabeza de inmediato — Perdón... — se disculpó rápidamente sin levantar la cabeza.

Katsuki no dijo nada más, solo se levantó de su asiento y comenzó a caminar para salir de ahí en completo silencio.

Izuku suspiró viendo cómo Iku limpiaba una lágrima que bajaba por su mejilla.

El joven se sentía arrepentido, siempre hacía lo posible por mantener contentos a sus padres y complacerlos en todo.

Que ahora por su culpa haya surgido un disgusto lo pone más que ansioso y asustado.