T2C7

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Omnisciente
(Aún en el pasado de Katsuki, aquí tiene 23 años)

Cinco años habían pasado desde la primera vez que Katsuki mató a alguien.

Cinco años desde que todo se salió de control.
Katsuki era todo un monstruo al que nadie podía controlar, el principe estaba desquiciado.

Nadie se atrevía a cruzar su camino, aquel que siquiera le viera directo a los ojos o mencionar su nombre terminaba muerto, alfas, omegas, niños o ancianos, nadie se salvaba de su ira.

Peleaba por diversión y mataba por simple placer, en apenas cinco años había masacrado pueblos enteros y destruido aldeas.

Llevar la cuenta de sus asesinatos era casi imposible ya.

Nadie se atrevía a reprocharle.

Ni siquiera sus padres.

— Te lo advertí — Chiyo estaba bastante decepcionada, siempre lo estuvo.

— ¿Crees que sabía que se terminaría convirtiendo en una bestia? — ahora los papeles se habían intercambiado, Mitsuki deseaba que su hijo detenga esa ola de muerte.

— Sabes, no hay un manual de como ser padre... — miró a la rubia — pero a un hijo siempre hay que darle amor, Katsuki solo conoció el dolor —

Chiyo vio nacer y crecer a Katsuki, se sentía culpable por no hacer nada por el chico, ella intentó detener todo en un principio pero no funcionó.

Los reyes buscaban grandeza provocando horrores a su pequeño.

— ¿Tu qué puede saber? No tienes hijos — no quería aceptar la culpa aunque muy profundamente sabe que ellos convirtieron a Katsuki en lo que es.

— Tú tampoco... — dijo Chiyo tranquila — ¿Cuando fué la última vez que Katsuki te llamo "mamá"? — Mitsuki no sabía ni que decir — ¿Cuándo fué la última vez que lo abrazaste? — de nuevo no hubo respuesta — una madre no hace lo que tú le hiciste —

— Cállate — aún así la mayor no tenía pensado detenerse.

— No porque haya salido de ti quiere decir que sea tu hijo — medio sonrió — Katsuki no es tu hijo, es tu perdición... —

Chiyo se levantó ante la furiosa mirada de Mitsuki, odiaba escuchar la verdad y a la vez le dolía — Mi servicio a la corona ha terminado —

Había trabajado para ellos por décadas, más ya no quería presenciar más, incluso ella estaba cansada.

— ¡¿Qué?! — Mitsuki se levantó de su trono para seguirla — ¡No puedes hacer eso! —

— Claro que puedo — se detuvo — no todo está bajo tu control... Ni el tuyo — miró a Masaru que había mantenido silencio.

Pensando en todo.
No había solución, era demasiado tarde.

Chiyo salió de ahí dejando a los reyes en un silencio sepulcral, con toda la responsabilidad y culpa sobre sus hombros.
Y vaya que pesaba.

La anciana salió del castillo viendo las estrellas en busca de respuestas, necesitaba ayuda para todo ese caos que había.

Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora