Epilogo

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Omnisciente

— ¡Te odio! — gritó el joven omega agarrando uno de los cuernos de su esposo con muy poca delicadeza — ¡Vas a pagar por esto, idiota! — gruñó.

Ryuu solo cerraba los ojos con fuerza sintiendo como su toda su cabeza era jalada por su cuerno.

— Te amo... ¡Ah! — se quejó cuando él omega le dio un jalón todavía más fuerte.

— ¡Iku, no hagas eso! — Izuku regañó a su hijo menor apretando su mano.

— ¡E-está bien! — Ryuu sonrió nervioso y sonrojado — No p-pasa nada — sintió alivio cuando el rubio soltó su cuerno y ahora lo agarraba por el brazo dejando todavía más rasguños.

— ¡Ya casi, príncipe! —

¿Qué era lo que estaba ocurriendo?

Bueno, luego de dos años de casarse, Iku estaba dando a luz por primera vez y para su mala suerte era más doloroso de lo que creyó.

Estaba recostado en la cama, Izuku le sostenía por un lado mientras que Ryuu estaba del otro lado recibiendo rasguños, insultos y demás por parte de su amado.

Pero Ryuu no se molestaba, sabe que Iku estaba pasando por algo duro y no lo culpa, ama a su omega y recibiría los golpes que sean necesarios.

Aparte Iku jamás le había hablado así, le parecía incluso algo divertido escuchar a su omega hablar de esa forma.

— ¡Tu puedes, amor! — dio apoyo con palabras dulces, era lo único que podía hacer por ahora.

— Respire... — el omega respiraba agitado cubierto en sudor — ¡Ahora puje! — Ryuu se sentía culpable y preocupado cada que escuchaba a Iku gritar del dolor.

El embarazo de Iku no fue como cualquier otro, no estaba engendrando a un bebé normal, Ryuu tenía sangre de dragón.

La barriga del rubio era algo más grande y pesada de lo normal, sus molestias fueron mayores, los médicos decían que sería un bebé de muy buen tamaño.

Ahora Iku entendía por lo que su tío Denki tuvo que pasar en el embarazo — ¡Puedo ver la cabeza! — gritó una de las sirvientes con una sonrisa de emoción e Izuku rápidamente fue a ayudar.

— ¡Ya casi, amor! — Ryuu besó la frente su omega.

Deseaba tener a su bebé en brazos, nunca creyó convertirse en padre y mucho menos con el omega de sus sueños.

Iku se veía tan precioso con su barriga de embarazo, Ryuu se enamoraba más cada día, ahora que está a punto de recibir a su bebé estaba que moría de emoción y felicidad.

Luego de unos segundos que para el rubio fueron eternos, pudo sentir algo de alivio cuando el infante había nacido y su labor terminó.

Comenzó derramar lágrimas recuperando la respiración.

Eran lágrimas de dolor y felicidad.

— Lo hiciste muy bien — dijo Izuku sonriente mientras las parteras tomaron al bebé para limpiarlo y cortar el cordón umbilical — es un niño — Iku sonrió sin dejar de sollozar cuando escucho a su bebé llorar.

— ¡¿Escuchaste?! — exclamó Ryuu lleno de emoción, casi se ponía a saltar por todos lados.

Iku sin quitar su sonrisa extendió sus brazos para recibir al bebé que estaba cubierto con una manta roja.

Se sorprendió al sentirlo en sus brazos, era pesado y grande.

Más lágrimas salieron cuando vio la carita de su hijo, volteó a ver a Ryuu que al igual que él estaba sonriente y con los ojos llenos de lágrimas.

Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora