Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse)

T2 C4

Omnisciente

— Eh... Espero no parecer... — Iku rió nervioso — ya sabe... Sucio — si, se atrevería a preguntar sobre esas dudas que sus padres no le pudieron responder.

Esperaba que Denki si pudiese.

— ¿De que hablas? — el mayor entrecerró los ojos — ¿Por qué parecerias "sucio"? — Iku se sonrojó.

— Es que... Quisiera saber sobre — suspiró pensando que decir para no sonar promiscuo.

Porque si, Iku es un santo — ¿Cómo es hacer hijos? — Denki abrió bien los ojos casi sorprendido.

Iku no es un niño, es un hermoso joven de 18 años, a su edad muchos otros ya se estaban casando y con bebés ya.

Pero Iku no sabía ni como sucedía específicamente — Sé un poco como es... Mis hermanos me lo contaron — negó olvidando aquella plática de los gemelos.

Tan desvergonzados — Pero no sé cómo funciona o lo que se siente... —

Denki se sentía un poco mal por el chico, la forma en que lo protegen es tan extrema que muy apenas lo dejan crecer.

Así que bueno, si sus padres no le enseñaban sobre todas esas cosas, entonces él sería el salvador de Iku.

"Si Bakugo se entera me matará"

Pensó Denki con una pequeña sonrisa.

— Oh... Sobre eso — asintió el omega mayor — ven necesitaremos un poco más de privacidad — Iku sonrió y asintió.

Finalmente alguien lo escucharía — Pero primero dime, ¿Cómo fué tu primer celo? —

[Unos pocos años antes UwU]

— Iku, hueles diferente hoy — dijo Kai con los ojos entrecerrados.

Estaban en el patio haciendo tontadas y jugando como siempre cuando de la nada el aroma del hermano menor comenzó a intensificarse.

— Si, es muy dulce — siguió Kaito dudoso — ¿Estás bien? — ahora ambos estaban sintiéndose extraños.

Iku estaba de rodillas en el suelo mientras que se agarraba los muslos y cerraba los ojos con fuerza.

Sentía ese cosquilleo en esa zona especial, esa sensación que no sabía describir.
Su cuerpo entero fue golpeado por una ola de calor y hasta pequeñas lágrimas se formaban en sus ojos.

Sus pensamientos eran vagos y muy apenas se podía concentrar, tenía una necesidad que no sabía ni de qué era.

Era su primer celo.

— A-ayuda... — chilló y su cuerpo tembló.

— ¡¿Te hiciste pipí?! — dijo Kai sonrojado cuando de entre las piernas de Iku escurrió un líquido.

Estaba comenzando a lubricar.

— ¡Está en celo, tonto! — asumió Kaito; ambos estaban solo viendo a su hermano sin saber que hacer.
Ellos si sabían un poco más sobre eso, tenían más contacto y amistades por ahí, así que pues escuchaban sobre eso.

— ¿Le echamos agua fría? — Kai recibió un golpe en la cabeza ante esa idea — ¡Al menos yo si estoy pensando en que hacer! —