22.- "Regalo"

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Omnisciente

— N-nos vamos a que-quedar juntos... — Denki agarró la mano temblorosa de Izuku dándose ánimo mutuo.

Estaban muy asustados sin saber para que los querían o que harían con ellos.
Aún estaban desnudos en un oscuro cuarto, encerrados y amarrados a las paredes sin poder avanzar ni un poco.

Habían sido "limpiados" con agua helada y sin cuidado, ya tenían moretones en sus tiernas pieles y sentían mucho dolor.

— El rey e-es m-malo... — sollozó el peliverde deseando que todo sea un mal sueño.

Pero no, ese terror, el dolor y pena que sentían era muy real.

— No hay po-por dónde sa-salir — Denki veía a una pequeña ventana en la parte alta de la habitación, ni siquiera podrían llegar hasta allá y en la puerta había un guardia.

Estaban encerrados e indefensos, vulnerables a todo.

— T-tal vez es un ca-castigo por robar... — aún eran tan inocentes que no tenían ni la mínima sospecha de la realidad de la situación.

— ¡Cállense! — el guardia golpeó la puerta metálica por fuera, haciendo chillar al par de niños que callaron llorando en silencio.

Estaba de más decir que ya no aguantaba los chillidos de los niños.
Ni siquiera sentía lastima, después de todo eran omegas insignificantes.

La noche fue larga para los niños, muy apenas llegaron a dormir unos minutos cuando se despertaban por el miedo que llevaban encima.

No había forma de que pudiesen estar tranquilos ni en sus sueños.

Ya no podían llorar, sus ojos ya ardían y no había más lágrimas que derramar.

Se podría decir que tomaron un leve respiro antes de que aquella pesada puerta fuese abierta.
Detrás de esta estaba el rey acompañado de un par de guardias.

Mismos que entraron a desatar a los menores de la pared pero sin quitar esas cadenas de sus cuellos.

Los hombres llevaron a los asustados omegas con bruscos jalones, sacándoles chillidos de dolor y miedo.

— Que lindos niños... — les agarró de la barbilla para ver esas tiernas y delicadas facciones.

Ellos no se atrevían a hablar o hacer algo en contra del rey, su gran presencia como alfa los tenía más que sumisos — Yo los llevo — agarró el par de cadenas que llevaba un guardia.

Estos entendieron la orden, dejando solo al rey con el par de niños — Ustedes son el regalo perfecto — pellizco la mejilla de Denki — Vengan — comenzó a caminar sin soltar las cadenas.

No es como que los omegas tuviesen la oportunidad de escapar, pero Enji quería demostrar que ahora él es quien manda sobre ellos.

Denki e Izuku iban tomados de la mano, al menos un poquitín de paz tenían con estar juntos.

Después de unos cuantos minutos caminando por los largos y grandes escaleras del castillo, llegaron hasta el frente de una puerta muy diferente a las demás.

Ambos iban cansados, más no se podían detener ni un poco ya que eran jalados por las cadenas en sus cuellos.

Sin llamar antes a la puerta, entró jalando todavía más a los niños, haciéndolos caer y casi arrastrando sus cuerpos por el suelo.

Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora