Salvaje [Katsudeku] (Omegaverse)

T2C22

Omnisciente

Apenas habían pasado unas horas y el reino había entrado oficialmente en guerra, ni siquiera fue necesario para Katsuki pensar mucho en quien tomó a su más amado ser.

Iba a solucionar todo y de eso estaba más que seguro, las cosas no se iban a quedar así.

Hacía todo lo que podía y aún así le parecía insuficiente, tenía que hacer más, estaba perdiendo la cabeza poco a poco y era evidente.

No hablaba y su mirada aún que parecía perdida expresaba el infierno que llevaba dentro, no sabía que hacer para calmar esa sensación de quemazón que venía desde su interior.

Había perdido a su única salvación, lo único que lo mantenía cuerdo, si no lograba salvarlo a tiempo iba a liberar ese infierno dentro de él.

Todos pagarían su dolor.

No había ni un solo segundo de tranquilidad, solo pensaba en su amado Izuku y como había fallado en protegerlo.

En como la última vez que lo vió tuvieron esa discusión, todo era su culpa.

"No me importa lo que hayas hecho, espero algún día no lo pierdas todo por tu insensatez"

Fue lo último que Izuku le había dicho y tristemente no se equivocó, Katsuki perdió a su todo.

Ni siquiera había hablado o visto a sus propios hijos, mismos que hasta desconocieron a Katsuki en el cambio tan repentino que tuvo, jamás lo habían visto así.

Se notaba que quería destrozar a todo a su alrededor pero a la vez con miedo, miedo que jamás había sentido de esa forma.

Los gemelos se habían preparado toda su vida para ese momento, batalla, sangre y violencia.
Pero nunca pensaron que sería así.
Nunca pensaron que tendrían que perder a Izuku para eso.

Perder a la persona que más los amó, consintió y dió tanto cariño era como si les hubiesen arrancado un pedazo de su alma.

Para ellos la opción de no recuperar a Izuku con vida no existía, Izuku iba a regresar sano y salvo si o si.

Iku lloraba cada que imaginaba no volver a verlo, toda la molestia y decepción que sentía por lo que le habían intentado hacer ahora eran pura preocupación.

Estaba tan enojado con él mismo, desde que discutió con sus padres no había hablado con ninguno.
Pensar en que Izuku podría no regresar y lo último que hizo fue hablarle mal le llenaba de culpa.

No quería ni imaginar a Izuku sufriendo.

Mientras tanto todo el reino estaba más que dispuesto a cooperar, Izuku era la mejor persona que habían tenido en la realeza, nadie les había dado tanto apoyo ni les trató con tanta dignidad y respeto como él.

Que hayan secuestrado al rey que trajo paz, caminó con ellos entre las calles y daba toda su bondad a los que le rodeaban era un ataque que incluso ellos tomaban personal.

El reino jamás estaría en tranquilo sin Izuku ahí.
Incluso en aquellas partes del reino dónde no le tenían mucho aprecio a Katsuki, la sonrisa de Izuku cautivó a todos y estaban más que dispuestos a luchar por el peliverde.