Mi Pepe Le Pew

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Ni los perros le ladraban, estaba abandonada y sola en un país extranjero donde la mayoría la miraban con desprecio. En su corazón guardaba fantasías ingenuas donde formaba un romance con algún chico malo de la universidad que hacía hasta lo imposible por estar con ella.

Esas fantasías parecían ser sacadas de cualquier obra barata de la librería, sin embargo ella no era una mujer complicada, no le interesaba ser única y diferente, se conformaba con ser una más del montón y eso que sus anhelos aunque muchos de ellos se parecían a los de las masas, otros eran únicos y exclusivos de ella misma.

Caminó intentando mostrar seguridad, la seguridad que se le escapaba por la espalda al sentir las miradas incómodas de sus compañeros. No tenía amigos, era la chica nueva que se le dificultaba todo hasta hablar en aquel idioma que aún no dominaba del todo.

Se detuvo en la papelería para sacarle una copia al folleto de la asignatura para la próxima semana, la chica que la atendía no entendía bien lo que decía. (...) tuvo que hablar pausadamente con gestos para que la mujer comprendiera lo que decía.
Ella podía entenderlo bien pero hablar ese idioma no era su fuerte.

Mientras esperaba la copia sintió una presencia detrás de ella.
Se hizo pequeña y disimuló que no le importaba hasta que aquel chico pelirrojo se puso a su lado junto con otros dos mirándola de arriba hacia abajo sin pestañear.

De inmediato chistes racistas y recomendaciones de que se devolviera a su país tocaron su punto sensible, (...) no se iba a permitir llorar y eso que estaba destrozada.

Siguió callada soportando todo hasta que la maldita copia saliera, cuando la chica le pasó la copia el pelirrojo molesto la tomó en sus manos, la subió hacia arriba burlándose de (...).

El molestoso pelirrojo fue detenido violentamente cuando un castaño se le aventó encima.

(...), quien no estaba acostumbrada a la violencia se asustó muchísimo al ver los golpes que le propiciaba el castaño al pelirrojo.
Lo azotó finalmente contra el piso obligándolo a que se disculpara con ella, fue tan salvaje el castaño que incluso le quebró un brazo al otro joven mientras los otros dos no se atrevían a moverse de su lugar.

-¡Discúlpate maldito bastardo! ¡Ahora mismo pedazo de mierda!

Las palabras forzadas y atemorizante de su Bully salieron de inmediato, solo así el castaño lo soltó para mirarla:

-¿Estás bien?

-S-si...

El castaño escupió al pelirrojo en el piso y se fue sin decir nada.

Estaba atemorizada, pagó la copia y tomó el folleto en el piso para marcharse con prisa al apartamento donde vivía. En todo el camino sintió una ansiedad incómoda, no era la primera vez que la atacaban con insultos racistas pero si era la primera vez que alguien la defendía con tanta fuerza como si ella fuese importante para su defensor.

El castaño le pareció jodidamente guapo, ella ya lo había visto antes. Según se rumoraba era problemático y no tenía problemas en iniciar una pelea donde sea y con quien sea, parecía ajustarse al estereotipo de chico malo, un chico malo con un montón de virtudes.

Al día siguiente en la universidad la joven (...) llegó más temprano de lo esperado, se sentó en la última mesa pegada a la esquina mientras repasaba cautelosa sus apuntes. No pudo concentrarse mucho pues en la mesa ruidosa de más enfrente los que la ocupaban no dejaban de hablar en voz alta con mucha algarabía. Sintió envidia, también escuchó claro y fuerte lo que conversaban. Un chico que parecía calvo con ojos hermosos gritaba como si le hubiesen quitado algo muy importante en su vida:

Escenarios Eren Jaeger x lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora