Cuando sufre la más inocente

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Lunes 6:15 Pm, es hora de confirmar mis sospechas.

Una infidelidad es una infidelidad, no importa con quien sea ¿No? Es solo que me sentí tan extraña, me llevé la sorpresa de mi vida. Si bien era consciente de que mi esposo Eren me era infiel jamás imaginé con quien.
Al abrir la puerta de ese hotel me quedé sin palabras, sin saber qué hacer.

Mi querido esposo Eren Jaeger estaba penetrando a Levi Ackerman, el primo lejano de Mikasa.

La imagen me hacia enloquecer, no podía creerlo, cerré la puerta sin hacer ruido y me marché a mi hogar con la frase en la cabeza "una infidelidad es una infidelidad".
En cualquier película pornográfica si hubiese pasado algo así lo ideal era un trío, pero no era una maldita película pornográfica, era mi esposo el que me engañaba con otro hombre, me hizo sentir una sensación tan inexplicable pero horrenda.

La pequeña Elena me esperaba en la puerta de la casa,  junto con su tía Mikasa, mi hija hermosa, tierna e indefensa  siempre ha sido y será lo más importante en mi vida. Que tenga Hipoacusia no le ha imposibilitado una vida normal como la de cualquier otro niño de 4 años,  los implantes eran un éxito, aún así ella hablaba poco , era una niña tranquila y  Eren la sobreprotegía demasiado.

-Mikasa, Gracias por cuidar a la niña.

-No es problema, me encanta estar con mi sobrina.

Tomé a la pequeña en brazos y la abracé con fuerza, me correspondió con sus pequeños brazos, sentirla cerca de mí me daba un consuelo increíble.

-¿Y qué pasó? ¿A dónde fuiste?

-Estaba...confirmando algo, nada importante.

-¿Segura? Pareces muy alterada.

-Si, Mikasa. Todo está bien.

Nada convencida Mikasa se marchó, me quedé sentada en el mueblo cuidando a la pequeña mientras me llenaba nuevamente de angustia ¿Qué se supone que le diría a Eren? ¿Lo enfrentaría o solo me haría la vista gorda por el bien de la familia? Siempre me pareció absurdo lo que hacían en las telenovelas donde dos personas se quedan juntas sin amarse por el bien de los hijos, pero viviendo la experiencia en carne propia lo entendía muy bien. Yo no había dejado de amar a Eren, me había traicionado y estaba dolida, en mi mente no podía tan siquiera pensar en la idea de perdonarlo, me preguntaba si Eren también me amaba o solo estaba conmigo por la niña, no me lo imaginaba de bisexual, jamás pensé que era homosexual ni menos, no podía ni siquiera creerlo.

En la noche después de acostar a mi pequeña me quedé despierta esperando a Eren, todavía no sabía qué decirle, pero algo tenía que hacer.
Llegó tarde, se duchó y se acostó a mi lado como de costumbre, no podía creer su descaro y el como intentaba pegarse a mí después de lo que había hecho, era un verdadero demonio.

Lo alejé de inmediato, al percatarse me volteó hacia él.

-¿Estás despierta, amor?

-Si, estoy despierta.

-No debiste esperarme, sabes que tengo mucho trabajo en la oficina y por eso no debes esperarme despierta.

-¡Oh si! Mucho trabajo.

-¿Por qué me hablas con ese sarcasmo?

Me paré de inmediato de la cama, no podía seguir aguantándolo un minuto más, la hipocresía no era lo mío.

-¿Alguna vez has pensado en Elena?

-¿De qué hablas?

-¡No te importa tu hija!

-¿De qué hablas? Claro que me importa Elena, tú también, sé que he estado muy ausente pero te prometo que pasaré más tiempo con ustedes.

-Eren...eres un miserable....un maldito desgraciado.

-¡¿Qué diablos te pasa?! Tampoco tienes que insultarme, me vivo desvelando para darte una buena vida a ti y a mi hija.

-¡Te vives desvelando engañándome maldito!

El rostro enojado de Eren se apaciguó, fui directo al interruptor y prendí la luz, lo miraba hecha una furia, su engaño más que tristeza me llenaba de ira.

-No sé de qué hablas.

-Te vi, Eren. Sé que me engañas y con...¡Degenerado!

Me le fuí encima pero me tomó con fuerza calmándome, estaba incrédulo pero no podía negarme la verdad que ya sabía. No se excusaba, solo me detenía intentaba hacerme calmar.

En un momento dado me tiró a la cama y me miró fijo.

-Es verdad, te engañé...yo...las cosas entre nosotros hace mucho no funcionan.

-¡¿Y por qué diablos no me dijiste que termináramos en vez de engañarme de la forma más desagradable posible?!

-¡No quiero lastimar a nuestra hija!

La discusión cada vez se hacía más pesada, los gritos se escuchaban en toda la casa, le reprochaba y él me reprochaba de vuelta, en un momento dado en la boca de Eren inundó un silencio mientras su mirada se dirigía a la puerta de nuestra habitación. Miré en la misma dirección, vi a nuestra pequeña, estaba ahí parada, con las lágrimas en los ojos y nos miraba, estaba mirando a sus padres pelear.

 Miré en la misma dirección, vi a nuestra pequeña, estaba ahí parada, con las lágrimas en los ojos y nos miraba, estaba mirando a sus padres pelear

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Escenarios Eren Jaeger x lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora