Escenarios Eren Jaeger x lectora

Desolación, Sexo Y Perversión 2 (+18)

Armin:- (...) no creo que puedas quedarte sola en ese estado.

(...):- No importa, Armin. Puedo usar las muletas para moverme.

Eren:- Debiste usarlas para subir las escaleras en vez de permitir a un extraño que entrara así a tu casa.

Armin:- ¡Basta, Eren! ¡No tiene sentido lo que dices! Él solo la ayudó.

Suspiré cansada, Eren tenía unos celos que no podía ocultar ante nadie pero me resultaba incomprensible que se pusiera celoso si no sentía amor por mi.

Eren:- Entonces me quedaré con (...).

(...):-¿Qué?

Eren:- Armin tiene razón, no puedes moverte mucho ¿No? Me quedaré a cuidar de ti.

En el fondo sabía que Eren no tenía buenas intenciones, él no estaba realmente preocupado por mi, solo estaba ofendido porque había conocido un chico que me pareció simpático.

Armin:- Parece buena idea.

(...):- A mi no, agradezco el ofrecimiento Eren, pero estoy segura que a tu padre

Eren:- Mi padre no dirá nada (interrumpe), él no se mete en esas cosas, además no soy un niño.

Armin:-Bueno...a mi me encantaría quedarme más tiempo con ustedes pero tengo que irme de inmediato, tengo un trabajo importante que hacer, es para el lunes pero es muy amplio y quiero hacerlo con tiempo, de ese modo mañana vengo a visitarte en la tarde.

Eren:- Vete tranquilo Armin, yo me encargo de (...), la cuidaré...muy bien.

No sentía mucha confianza con Eren, después de lo sucedido aquella vez me dejó con mucho que pensar, aunque para Armin, Eren estaba haciendo un esfuerzo en superar la muerte de sus mujeres y encima quería ayudarme, para él, Eren estaba volviendo.

Armin se despidió de mi, no sin antes prometer que volvería el domingo en la tarde porque si no podíamos salir como teníamos planeado, pasaríamos un rato en mi casa junto con Eren.

Eren bajó con Armin para despedirse de él, estaba tranquila en mi habitación hasta que lo escuché entrar.

Se sentó en una silla mirándome sin expresión alguna.

-¿Todo bien?

-Perfectamente bien.

-...

-¿Ya comiste?

-No...tan pronto como salí de la universidad temprano tuve el accidente y pues...no he tenido tiempo de almorzar.

-Bien, cocinaré para ti.

-¿Sabes cocinar?

-Si.

Lo esperé un buen rato en mi cama jugando con mi celular, me sentí como una abusiva por dejarlo hacer todo pero él mismo se ofreció y no podía bajar las escaleras fácil aún con las muletas. Después de un rato subió a mi cuarto.

-Ya está. Bajémos.

-¿No será mejor que me la traigas aquí? Digo para ahorrarte las molestias que me bajes y eso...

Se acercó sin decirme nada, me cargó cuidadoso en forma nupcial y me bajó hasta la cocina sentándome con cuidado en una silla.

-Gracias.

La comida se veía deliciosa, lo miré percatándome que no había sacado nada para él.

-¿No comerás?

-Yo ya comí.

-Bueno.

Probé el primer bocado, no estaba tan bueno como se veía, pero no podía ser malagradecida. En realidad la comida estaba muy salada y picante, hasta llegué a sospechar que él lo había hecho a propósito.