Cuando es tu simp (+18)

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Se veía fuerte e intimidante, demasiado guapo. Su  presencia me hacía temblar.
Al hablar con él me di cuenta de la realidad, no era más que un idiota que no tenía idea de cómo hablar con las chicas. No era tan difícil de conquistar, hasta se sonrojaba con mis cumplidos.

Externamente un tipo rudo y frío, centrado en sus objetivos e internamente cuando de romance se trataba era un completo tonto inseguro, entonces lo seduje.

Salimos juntos de una clase de la universidad, era una noche de otoño y llovía fuerte. El tránsito era una mierda, tuvimos que dejar el taxi que nos llevaba a ambos al metro a menos de mitad del camino y caminar juntos hasta la estación. Mi paraguas era pequeño, él lo tenía en manos puesto que era más alto y aún así terminamos empapados.
Nos detuvimos fuera de un supermercado que estaba cerrado, pero al menos no nos mojamos. La lluvia inundaba el piso, y temblaba.

-Esto es una mierda.

-Aun así, era mejor venirnos caminando porque de lo contrario estaríamos estancados en el terrible tráfico, todavía los autos no se mueven.

-Lo sé, lo sé.

Suspiré en cansancio  y me puse de frente a él mirándolo sin parpadear, abriendo ligeramente mi boca.

-¿Q-qué pasa? ¿Por qué me miras así?

Conduje lentamente mi mano hasta su mejilla, la acaricié suavemente y le sonreí con dulzura. Eren se sonrojó. Apenado volteó la vista expresando cierto grado de molestia.

-Eres hermoso Eren, jodidamente hermoso.

-¡Oye basta! Deja de decir eso.

-¿Por qué? ¿Te incomoda o es que acaso crees que lo digo bromeando?

-Ya sé que solo quieres tomarme el pelo.

-Totalmente equivocado. Lo digo en serio, si tuviera un novio como tú, yo sería la mujer más feliz del planeta.

Volteé mi vista mirando el cielo que aún lloraba, ni siquiera tenía que mirarlo para saber que hervía en vergüenza.

-Está menos fuerte la lluvia, sigamos. No quiero tener que llegar tarde, después de quedarme en mi estación tengo que caminar unas cuantas esquinas para llegar a mi casa, está oscuro y no me gusta caminar en la oscuridad sola.

-Si quieres...te puedo acompañar a tu casa.

-No, no valdría la pena, tendrías que regresar solo y no quiero que te pase nada, eres jodidamente especial para mi, lo sabes ¿No?

¡Ay pobre de Eren! Estaba siendo halagado tiernamente por una mujer encantadora y él no sabía cómo reaccionar.

Miré mi paraguas totalmente arruinado por el viento y lluvia, ya no servía.-Andando- dije y él me siguió el paso hasta el metro.

Mi estación estaba antes que la suya, me despedí atrevidamente con un beso en su mejilla y me bajé. Caminé despreocupada saliendo del metro hasta que escuché la voz de Eren llamándome.

-¿Qué haces aquí?

-Es que...quiero acompañarte a tu casa.

-Estás loco Eren, vivo en un lugar peligroso, regresarte solo sería una locura.

-Oye no me subestimes, me defiendo muy bien, vamos.

Me tomó de la mano y me obligó a seguirlo.

-Oye Eren...¿Si sabes donde vivo?

-¡Ah! Lo siento...tú diriges.

Así fue como ambos caminamos a oscuras hasta mi casa, la lluvia había cesado, el suelo estaba totalmente mojado y tuvimos que saltar muchos charcos...pendejamente yo,  intentando saltar uno  bastante grande terminé dándome la caída del siglo, pero sirvió para algo, sirvió para hacer soltarle una enorme carcajada al hermoso Eren.

Escenarios Eren Jaeger x lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora