Escenarios Eren Jaeger x lectora

La historia que se perdió cuando me quedé dormida

        (...), es un nombre que siempre detesté, excepto cuando lo escuché de los labios de Armin, parecía darle la entonación perfecta.
Perfecto, así es Armin, así lo veo siempre, más sin embargo; para mi quizás no y por eso siempre me mantuve indiferente de sus sentimientos por mi, aún cuando sabía perfectamente que le gustaba.
Era más simple ignorar esa parte  y mantenerlo al tanto sin dejarlo ir y manteniéndolo un poco y solo un poco cerca.

Se enamoraba más  pero como todo termina cansando al final, el chico inteligente terminó por darse por vencido y yo no sufrí por ello, cada quien tomó su camino sin esperanzas de volvernos a encontrar, pero le he encontrado nuevamente más sabio, más hombre, más perfecto y yo con más ganas de tenerlo cerca.
Si me preguntan la razón por la cual nunca lo correspondí es porque pensé que inevitablemente terminaríamos sufriendo, haciéndonos daño, yo me cansaría de él o quizás él se aburriría de mí y terminaría odiándolo, considerar a alguien como él como "mi ex", esa simple palabra me enoja tanto, entonces solo decidí dejar que el mismo tiempo se encargara mágicamente de las cosas, entonces él se dió por vencido y yo suspiré sin esperar más.

Ahora lo veo y no me importa en que terminaremos, me arrepiento de no haber empezado, ahora quiero empezar lo que no quise, si soy una egoísta pero aún los egoístas merecemos ser felices alguna vez.

Está justo ahí, el milagro de la vida es aquí.
El sol brilla como lo hace en los días hermosos y siento que es una señal de que algo hermoso está por suceder. Levemente me levanto de mi asiento en la cafetería y me acerco hacia él, aún no se ha dado cuenta de mi presencia.

-¡Armin!
-¿(...)?

Se levanta de inmediato y su sonrisa sale tan natural como si en verdad estuviese feliz de verme nuevamente, me acerca y me abraza, siento calidez.

-¡Vaya! Ha pasado el tiempo, que coincidencia encontrarnos aquí.
-Lo mismo digo, no te he visto desde que nos graduamos en esa escuela de inglés.
-Así es, es todo una alegría verte de nuevo.

Planeaba pedirle si podía sentarme junto a él pero de inmediato fuimos interrumpidos por una rubia majestuosa y elegante, la conocía muy bien, Annie Leonhart.

(...):- ¿Annie?
Armin:-¿Se conocen?
Annie:- Es una de las nuevas internas.
Armin :- ¡Oh! Verdad que me dijiste que estudiabas medicina.
(...):- Asi es ¿Ustedes ya se conocían?
Annie:- Somos pareja, muy pronto esposos.

Si, sentí decepción.
Bueno, imagínense mi sorpresa, Annie Leonhart, la sexy y hermosa enfermera es la prometida de Armin ¿Cómo puedo competir contra eso?

Al parecer llevaban un buen tiempo saliendo, tras una breve felicitación intenté y logré salir lo más pronto de aquel lugar.

Caminar pensativa es una de mis características, quizás por eso no me doy cuenta de muchas cosas de mi alrededor, pero a veces es mejor así.
Quiero ignorar lo que ví, ignorar que jamás tendré una oportunidad con Armin y que mañana temprano me toca ver a la hermosa prometida suya y encima tener que soportar el  imbécil  de Jaeger intentando hacerme la vida imposible en el hospital.
Desde que empecé mi internado sentí el miedo como todo el mundo, como todo estudiante de medicina que entra a sus prácticas, no era casi nada como lo había imaginado cuando estaba en la universidad.
Cirugía y Psiquiatría, eran las prácticas correspondientes y yo intentaba cumplir y aprender pero muchas veces las cosas se complicaban, los internos éramos el escalón más bajo en el orden de jerarquía del hospital, nos mandaban las enfermeras, los residentes, los especialistas, etc.
Pero si bien lo que más me molestaba es hacer recados, como si hubiese vuelto a mi infancia, pero hay que aprender a ser tolerantes, hay que aprender.

Al día siguiente se me había hecho ligeramente tarde y suplicaba para que no me castigaran mis superiores y me dejaran 24 horas, especialmente el imbécil  de Jaeger,  quien ya estaba en su último año en residencia como médico internista y quien  también estaría encantado de ponerme algún castigo.