Cuando tienen una relación tóxica (+18)

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Eren y yo nos amamos, un amor demasiado intenso, con locura y tan excesivo que puede llegar agobiar.
Eren siempre ha sido un chico celoso, pero los celos empezaron a empeorar después de empezar a vivir juntos, yo también admito ser celosa, odio verlo con cualquier otra chica, porque sé cuales son sus intenciones.

Nuestra relación está llena de deseo, el sexo es como el alimento que jamás debe faltar, sexo en la mañana, sexo en la tarde, sexo antes de dormir y muchas veces me levantaba en la madrugada para tener más sexo.

Eran las 8:15 Am, me encontraba en la cama de un hospital, había sido ingresada tras una intoxicación con una comida y como era de esperarse Eren estaba todo el tiempo junto a mi.

-Oye Eren
¿Qué ocurre?
-Quiero que le pongas seguro a la puerta
-¿Ah? ¿para qué?
-Tú solo hazlo.

Eren obedeció y puso seguro, luego lo llamé con la mano y lo hice acostarse en una esquina de la pequeña cama del hospital, era una habitación para mi sola, al menos el seguro cubriría todos los gastos, seguro que por cierto es de Eren, yo estoy afiliada a él.

Puse mis manos en sus hombros y lo miré algo traviesa y como Eren es muy desentendido de casi todo al principio no se dió cuenta, pero ya luego comprendió lo que quería.
Eren junto sus labios feroces con los míos en un beso tan caliente que casi quema, no se hizo esperar mi lengua en su boca y la suya jugando y entrelazándose, estaba tan excitada que quería que me penetrara sin juegos previos ni nada y Eren no era la excepción, además de disponer de poco tiempo, de inmediato se puso encima de mi, subió la bata que traía del hospital y arrancó de inmediato mi ropa interior para penetrarme totalmente crudo, mi vagina ya estaba totalmente húmeda y Eren no espero ni un segundo para embestirme con total violencia.

Como se esperaba todo fue muy salvaje, sus embestidas eran fuertes, intentaba aferrarme a él abrazándolo del cuello mientras él ya hacía dentro de mi con total posesividad.

La cama del hospital rechinaba, se movía mucho y yo, tan excitada, estaba disfrutando tanto que era imposible no gritar de tanto placer que me daba este hombre.
-¡Ahhh! ¡Ahhhh! ¡Por Dios Eren me encanta demasiado!! ¡Ohhh Eren! ¡Así es como me encanta!!! ¡Dame duro Eren!!

Oh si, pidiendo duro para luego no aguantar.
Cuando escuchaba mis gemidos se transformaba en más bestia y me empezó a embestir más deprisa, era algo incómodo pero decirle a Eren que fuese más despacio era un caso perdido, era o acostumbrarse a su ritmo salvaje y violento o nada y mil veces preferiría que me destrozara por completo a nada.

Eren gruñía mientras mordía mi cuello sin nada de delicadeza, dejando marcas tras marcas, marcándome como si fuese sólo suya, y mis gritos y gemidos cada vez eran más fuerte, en un intento desesperado por callarme introdujo su lengua en la mía casi asfixiándome.

Ya no aguantaba más y justo cuando estaba a punto de llegar escuché un sonido muy fuerte, la camilla no aguantó y se había destrozado, pero a Eren poco le importó hasta que finalmente se corrió por completo dentro de mi para luego echarse a un lado, jadeando, agotado y lleno de sudor mientras afuera de la habitación se escuchaban las enfermeras desesperadas preguntando qué había ocurrido.

Tras recuperar el aliento Eren vociferó que todo estaba bien, como estaba muy agotada él se paró y me limpió.
Me darían de alta a las 2:00 Pm de la tarde, ¿Qué haremos con la camilla rota? ¿Tendríamos que pagarla o el seguro lo cubriría también?

Cuando el doctor entró a verme, a Eren se le ocurrió la idea más pendeja y absurda para contar son respecto a la cama, pero bueno ¿Qué culpa tenemos nosotros que en esta clínica no provean a sus pacientes de camas mas resistentes para que aguanten a dos locos salvajes mientras se destrozan? En fin, la hipocresía.
El doctor que no era ningún idiota nos miró divertido y entendió por completo la situación y yo aunque avergonzada agradecí que nos comprendiera.

Escenarios Eren Jaeger x lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora