Cuando es imposible (+18) (Yaoi)

8.1K 318 247
                                    

A petición de @Demetrius-Tenebris, espero te guste.

Tristeza, desesperanza, y ningunas ganas por vivir, eran las expresiones de aquellos soldados que venían de la guerra.
Aquel joven doctor las conocía muy bien y le desgarraba el corazón  porque tenía un alma demasiada empática y sensible, al verlos sentía su corazón quebrarse ligeramente.

-No te preocupes...vas a estar bien, todo va a mejorar.
Era un joven que había sufrido amnesia tras la guerra, perdió un ojo y una pierna, se veía masacrado, debió pasar por demasiado.
Aquel doctor lo sabía cuando lo miraba, tenía un extraño interés por los perdidos, los tristes, razón por la cual se desempeñaban en aquella función.

-Bien, terminamos con el vendaje hoy señor Kruger.
-Gracias.

Lo había estado atendiendo por un buen tiempo y se dio  cuenta de que el señor Kruger era una alma perdida, era hermoso y trágico y le parecía demasiado interesante, es por esto que de cuando en vez iba a visitarlo aquel sótano donde estaba viviendo, conversaban por un largo rato y poco a poco su relación se volvió más profunda.

Kruger lo miraba a los ojos mientras hablaban y el joven doctor sentía algo extraño revolverle el estómago cuando estaba con él, quizás el tiempo con el señor Kruger no había sido demasiado bueno para él o quizás si había sido demasiado bueno pero independientemente de si estar tanto tiempo con ese hombre era bueno o no, el doctor tenía miedo.
Tenía miedo porque estaba sintiendo emociones que jamás había sentido con nadie, una sensación desconocida se apoderaba de él, y todo lo desconocido produce miedo.

Mucho tiempo pasó pensando  e intentando convencerse a sí mismo de que aquello que sentía no estaba bien, intento suprimirlo, callarlo pero entré más lo ocultaba más poderoso se hacía, no sabía si Kruger sentía lo mismo, ni siquiera sabía si lo iba a corresponder...en sus pensamientos el señor Kruger lo veía como un hombre  Marleyano amable y sencillo que al igual que él observaban el mundo de una manera diferente.

Tocó la puerta de aquel sótano, escuchó a Kruger decirle que pase y entonces entró.

-Buenas noches Kruger-san...
-Buenas noches Dr. (...).
-Lamento venir tan tarde pero es que sentí la terrible necesidad de verlo.
-No es problema, aún no me duermo, siéntate.

Se sentó algo intranquilo, sentía una vergüenza nublarle los ojos y agachó la cabeza con timidez.

-¿Ocurre algo?
-Pues...la verdad si, hay algo que me ocurre a mí y tiene que ver con usted.
-¿Qué es?
-Me temo señor Kruger que...me he enamorado de usted.

El joven doctor lo miró demasiado avergonzado, agarrando con fuerza sus piernas intentando parar el temblor, obligándose a mirarlo al único ojo que poseía  aún cuando quería salir corriendo de aquel lugar.
Por su parte Kruger no cambió su expresión, no estaba molesto, ni avergonzado, ni feliz...estaba como siempre.

-Ya veo...

Kruger apartó la mirada hundiéndose en sus pensamientos lo cual decepcionó por completo aquel joven.
Sintió una tristeza evidente, apretó los puños y se levantó de aquella silla.
-Lo siento Kruger-san...no debí de
-(...) (interrumpe)...quédate.

El joven doctor se detuvo en el acto y volvió a sentarse en aquella silla pero con la mirada directo al piso. Cuando Kruger lo tuteaba sentía un cosquilleo innegable.
Se percató cómo Kruger se ponía en pie con sus muletas  y se puso a su altura acercando su rostro al suyo.
Ver su único ojo mirándolo lo hacía perder los sentidos, intentó decir algo pero Kruger lo calló al instante con sus labios.
El beso fue suave y corto,  Kruger se separó de inmediato y lo contempló por unos segundos:
-Dr. (...), usted es demasiado bueno para este mundo.

El joven doctor no lo dejó seguir y lo besó con una desesperación inquietante, Kruger no se opuso, lo dejó saciarse hasta que terminaron separándose por la falta de aire.

Tímido y amable pero el doctor estaba muy excitado, se puso de rodillas y aún sin Kruger darle permiso empezó a quitar su cinturón para bajar su pantalón y lo que traía debajo de este.

Era enorme, intimidante, mucho más grande que el de él y eso le provocaba envidia pero más que nada lujuria.
Miró a Kruger con algo de vergüenza desde abajo, estaba sonriendo, con esa sonrisa sintió que se le daba permiso y lo metió en su boca.

Kruger lo mirada mientras su respiración se acortaba, era evidente que disfrutaba sentir la sensación que le producía la boca del joven médico en su miembro.
El médico lo entraba y sacaba de su boca a su ritmo pero eso no parecía satisfacer del todo al insaciable Kruger, le agarró con firmeza la cabeza y empezó a penetrarle la boca a un ritmo aún mayor y violento.
El joven médico se sintió asfixiarse pero el escuchar a Kruger gruñir le hacía olvidarse de todo, hasta que con amargura se corrió en su boca sin piedad.

El joven médico estaba avergonzado, se limpió la boca y miró a Kruger con la respiración agitada.

-Bájate los pantalones y ponte de espalda- Ordenó Kruger.

El joven médico lo obedeció al instante, puso sus pantalones y bóxer hasta su rodilla y se posicionó en cuatro esperando impaciente a Kruger, quien con cuidado  puso algo de saliva antes de penetrarlo.
Introdujo su miembro de una forma violenta y sin misericordia, el joven médico gritó porque sentía dolor pero estaba dispuesto a soportarlo por ese hombre.

Sus embestidas eran tan fuertes que el joven médico sentía que lo estaban destruyendo pero más que nada sintió mucho placer.

-¡AhhG! ¡Oh Kruger-san!

Mientras Kruger lo embestía como pudo empezó a masturbarse porque no aguantaba tal sensación mientras Kruger gruñía y se mordía los labios por no hacer mucho escándalo.

Pasó un buen rato hasta que no aguantaron, increíblemente se sincronizaron, Kruger se corrió y el joven médico lo hizo segundos después de él.
El señor Kruger se separó de él y se recostó en la cama algo cansado, mientras que el médico con un ligero dolor se puso de pie y se acomodó a su lado.

Sus miradas se cruzaron de una forma increíble pero pronto Kruger se volvió melancólico:
-Dr.(...)...usted es una buena persona.
-No me digas eso Kruger...yo...solo cumplo con mi trabajo y tuve tanta suerte de conocerte.
-...
-Yo...quisiera...

No lo dejó terminar, se puso de pie y se empezó a vestir con prisa.
-Lo lamento Dr. (...)...pero hay cosas que por más que deseemos jamás pueden ser.
-¿De qué hablas?
-....
-¿Acaso tú...no sientes lo mismo que yo? ¿Qué es lo que acaba de pasar?
-Deberías irte...tendré visita muy pronto.

El médico se sintió despreciado, triste pero él era maduro...suponía  que Kruger necesitaba algo de tiempo. Se vistió con prisa y prosiguió a salir del lugar,  antes de cerrar la puerta le dio una última mirada a Kruger, el antes mencionado alzó la vista y se encontró con la suya...tenía un mal presentimiento, como si fuese la última vez que lo fuese a ver.

Escenarios Eren Jaeger x lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora