Rachell debió suponer que Henry Brockman la llevaría a un lugar como aquél, era evidente que quería impresionarla, como eran evidentes las largas que le estaba dando a concretar su trato.
La semana anterior habían cenado tal como lo acordaron, se suponía que le enseñaría las propuestas del diseñador gráfico, pero no le mostró más que un bosquejo simple y sin ninguna importancia.
Aquella noche sería más agresiva y directa, no podía seguir perdiendo el tiempo, el hombre estaba loco si creía que se acostaría con él con el único objetivo de conseguir buen sexo, podía ser un tipo atractivo pero no estaría con él por su linda cara, ella quería el patrocinio y respaldo de Elitte, y él no conseguiría nada de ella a menos que se lo garantizara con un contrato en mano.
—Te ves hermosa —le dijo el hombre admirándola con vehemencia.
—Gracias, señor Brockman, es usted muy amable. —Rachell le mostró una fría sonrisa cordial.
—De verdad, eres un ejemplo de elegancia y sofisticación, me siento halagado al poder estar contigo esta noche y ser el hombre más envidiado de este lugar —Sin disimulo escurrió sus ojos por sus contornos y curvas—. ¿Es uno de tus diseños? —preguntó observando el vestido negro de escote redondo y sin mangas, que con un corte recto se aferraba apenas a los lugares indicados, vendiendo la ilusión de un sensual recato, muy al estilo de Jackie Onassis.
—Sí señor, la mayoría de la ropa formal que luzco es de mi propia línea.
—Son de gran calidad —Sin dejar de mirarla le extendió un folder blanco, que en el extremo inferior central llevaba grabado el logo de Elitte—. Aquí tengo lo que propone el diseñador gráfico para empezar con las vallas publicitarias... Viéndote a ti, no creo que sea necesario contratar a ninguna modelo, tú misma podrías hacerlo, tienes el tipo de mirada que despierta emociones...
Rachell lo interrumpió sin vacilar—. Preferiría trabajar con alguna modelo reconocida, creo que eso sería mucho más provechoso para mi marca, la trayectoria de una modelo acercaría al público a mis diseños.
—Bueno, tú decides —le concedió conciliador—, pero yo, como presidente de Elitte, te recomiendo que tú también poses para la lente del fotógrafo, revisa los patrones y lo verás... Por cierto, hay dos o tres folletos en los que encontrarás dos modelos, bien podrías contratar una modelo y la otra podrías ser tú, así conseguirás tener una cara conocida para tu marca, y al tiempo puedes abrir un mercado para tu propia imagen. La mejor manera de ganarse a la gente, Rachell, es dándose a conocer uno mismo, tú mejor que nadie debes saber cómo llevar tus diseños.
—Lo pensaré señor Brockman, revisaré los folletos y en cuanto haya tomado una decisión lo llamaré, muchas gracias por sus consejos, los tendré en cuenta.
—Es un verdadero placer para mí ayudarte, Rachell —le aseguró con voz lenta mientras observaba con poca moderación el níveo y largo cuello de la joven.
—La cena ha estado exquisita, gracias por su ayuda —le dijo Rachell tomando su handbag negra de delicados apliques plateados, una verdadera preciosidad de la última colección de Vera Wang—. Señor Brockman, sea tan amable de hacer llegar a mi oficina el presupuesto de la campaña de lanzamiento de mi colección. —Lo miró a los ojos haciendo uso de su devastadora mirada violeta antes de agregar—: Por favor.
—Te he dicho que no tienes por qué preocuparte por ese tipo de cosas —Henry tomó la botella de vino y rellenó sus copas—. Luego hablaremos de ello, lo importante es que la campaña sea hecha con la mayor calidad y que tú estés satisfecha con los resultados —le dijo intentando distraerla.
ESTÁS LEYENDO
Dulces mentiras amargas verdades (Saga completa)
RomanceEl director de una prestigiosa firma de abogados y exitoso fiscal del distrito de Manhattan Samuel Garnett, vive sin restricciones, experimentado, aventurero, apasionado e intenso. No le gustan los compromisos y se verá envuelto en una explosión de...