CAPÍTULO 30

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La mirada divertida de Thor se posaba en Megan quien le hablaba al animal cómo si se tratara de un niño, se la veía hermosa con esa gorra azul puesta, lo único que no le gustaba eran los autógrafos estampados, porque le hacían revivir el mal sabor de boca. No se había arrepentido de llevarla a los entrenamientos de los Mets, de lo que sí se había arrepentido irremediablemente fue de bajarla al campo para que conociera a los jugadores.

No podía soportar el ardor psicológico que se había instalado en la boca de su estómago, al verla a ella emocionada y rodeada de todos ellos, mientras estos le contaban algún chiste y le firmaban la gorra que le regaló el Venezolano Johan Santana. Nunca en su vida había experimentado la obligación de sonreír, pero esta vez tuvo que hacerlo, cuando sus ganas no eran otras que llevársela de ese lugar.

—¿Crees que le guste mi habitación? —preguntó Megan sacándolo de sus recuerdos.

—Bueno, si no le gusta a él, yo encantado me metería en esa jaula para estar en tu habitación —le dijo tomándole un mechón de cabello entre los dedos.

—Cuando quieras puedes entrar a mi habitación. —Lo invitó guiñándole un ojo con picardía, pero al ver que la mirada celeste se hacía más intensa ante su comentario, decidió escapar de esa situación—. No podemos llamarlo hámster, debemos darle un nombre. ¿Cuál me sugieres?

—No sé, uno que te guste —respondió él sonriendo.

—A mí me gusta Thor —acotó desviando la mirada al animal que caminaba de un lado al otro dentro de la jaula.

—Pero ya Thor se llama su novio señorita... —Thor se puso la mano en el mentón, intentando decidir cuál sería el mejor nombre para un ratón tan peludo, y ni por un instante fue consciente de como los ojos de Megan se habían abierto al escuchar sus últimas palabras, ni como brillaban justo en aquel momento—. Podrías llamarle Tyrion, como el diablillo, mira que es enano y rubio.

Megan se rio de buena gana.

—Tyrion, me gusta, seguro será tan inteligente y astuto como él.

Thor sin dudarlo acortó la distancia y muy cerca del rostro de la chica, perdiéndose en su mirada le regaló una sonrisa, para después besarla lenta pero sensualmente, convidando a su lengua a enredarse con la suya, a saborearlo y simplemente disfrutar.

—Gracias, Thor —susurró ella contra sus labios—. Eres lo más bonito que me ha pasado, estoy muy feliz contigo y con mi Tyrion —murmuró contra los labios de él estaba por regresar a beber el aliento y sabores de la boca de Thor cuando su móvil interrumpió con Carmina Burana.

El móvil de Megan repicó, se disculpó y se alejó un par de metros para atender la llamada. Él frunció el ceño extrañado con que de pronto Carmina Burana operara como tono en su celular, ella contestó y se volvió en dirección entonces él la hizo sonreír al dedicarle un puchero irresistible.

—Es mi papá —musitó ella haciendo una mueca.

Thor tuvo que controlar la carcajada al saber que Megan tenía las llamadas de su padre con una de las bandas sonoras de una película de terror.

—¿Hola? —atendió con voz pausada.

—Megan, me dijiste que estarías con Ciryl. He llamado al celular de su madre y me ha dicho que no estás en su casa. —La voz de Henry Brockman parecía no admitir vacilaciones.

Dulces mentiras amargas verdades (Saga completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora