La jueza segunda penal en el estrado judicial, mostraba un semblante austero aunado a su silencio casi sepulcral, mientras revisaba la petición del abogado defensor de Henry Brockman.
Atraía la total atención de Samuel, que ni siquiera cedía a la debilidad de sus párpados por espabilar, su corazón latía lenta y dolorosamente, a causa de las expectativas que creaba en él la mujer rubia de ojos verdes, y actitud inescrutable.
Samuel prefería mantenerse dentro del círculo seguro que creaba con su autocontrol, por lo que su mirada se fijaba únicamente en la mujer y evitaba por todos los medios desviarla hacia el circo que había armado Brockman y su patético abogado.
La jueza Darnell, elevó la mirada del informe que tenía sobre la palestra caoba, que relucía ante el mantenimiento al que era sometida día a día. Miró por encima de sus lentes de lectura sin montura, al abogado defensor y al imputado que se encontraba en una silla de ruedas con gesto abatido, y no como ella estaba acostumbrada a ver al imponente empresario.
—Señor Brockman —habló la mujer con voz pausada y recia, para llegar a todos los presentes y captar la atención del imputado.
Henry ancló la mirada en los ojos de la mujer y su abogado se llevó las manos a la espalda cruzándolas, ansioso a la espera del veredicto.
—Se le otorgará por la presente Ley, la libertad provisional bajo fianza la cual quedará fijada por un monto de setecientos mil dólares. Se verá obligado a presentarse ante este tribunal los días martes y viernes, deberá llevar un dispositivo electrónico para que las leyes judiciales del estado puedan rastrearlo.
Samuel, ante el veredicto de la jueza, apretó los dientes con tanta fuerza que le rechinaron. Hacía hondas respiraciones para controlarse y no perder la maldita compostura que le pendía de un hilo. Frustración e impotencia lo gobernaban, además de unas insoportables ganas de llorar contra las que estaba luchando. Lo último que quería era fallarle a su madre. No podía fallarle en ese momento, en el cual dieciocho años de su vida que habían sido dedicados para hacer justicia, se balanceaban al borde de un precipicio.
Stephens, abogado defensor de Henry Brockman, tuvo que contener la sonrisa de satisfacción y mostrarse regio ante la jueza. Se sentía orgulloso de lo que había logrado porque sabía que su cliente estaba prácticamente perdido, tenía la mierda hasta el cuello y más cuando el fiscal demostraba abiertamente su interés por encerrarlo de por vida.
Henry sintió que un gran peso lo abandonaba. Él tenía suficiente con sus demonios internos, como para vivir lo que le quedaba de vida en el infierno, que su propio hijo le tenía preparado. Eso podría ser más doloroso que cualquier cosa.
Aprovecharía el tiempo en libertad para tratar de explicarle. Y también para él mismo hacer su parte, y que los hijos de puta que lastimaron al amor de su vida pagaran de la peor manera por el daño causado.
—La falta de oportuna comparecencia dará lugar a la revocatoria del beneficio y a la ejecución de la fianza —prosiguió la jueza con su veredicto que no llegaba claramente a los oídos de Samuel ante su turbación interna, que apenas podía ser consciente de que la mujer anclaba su mirada en él¬—. La libertad provisional bajo fianza que se otorga por la presente Ley, no interrumpirá el curso del proceso y su ejecución estará condicionada a las garantías que aseguren la comparecencia del procesado tanto al juicio, como a la ejecución de la sentencia, si hubiere lugar a ella. La fiscalía tiene 30 días para presentar su acto conclusivo del caso y sí en el tiempo estipulado no lo presenta, puede solicitar una prórroga de 15 días.
—Disculpé jueza Darnell, la fiscalía no apela por la libertad bajo fianza —Su voz vibrante pero segura captó la atención de la jueza. No iba a renunciar y lucharía con todas sus estrategias antes de dejarse vencer.
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Dulces mentiras amargas verdades (Saga completa)
RomanceEl director de una prestigiosa firma de abogados y exitoso fiscal del distrito de Manhattan Samuel Garnett, vive sin restricciones, experimentado, aventurero, apasionado e intenso. No le gustan los compromisos y se verá envuelto en una explosión de...