CAPITULO 18

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CAPÍTULO 18

Harriet.
Últimos días teniendo que soportar a estúpidos profesores y alumnos. La graduación es en algunos días. Yo ya dije que no asistiré, hare algo mucho más interesante. Solo asistiré a la ceremonia dentro de la universidad, la cual es obligatoria.

Mis padres vendrán, preferiría que no lo hicieran, pero lo harán. Solo espero que el idiota de Brayden no los acompañe. Como lo hago usualmente llego a la universidad algo temprano, los pasillos están vacíos al igual que las aulas. Hay unos cuantos intendentes de limpieza, paseándose verificando que todo este limpio.

El aula en el que tengo clase hay un profesor, me detengo antes de entrar cuando una idea pasa por mi mente. Camino a otra aula, en la que Aline tiene clase, hoy llegó más temprano, pues su padre tuvo que entrar a su trabajo más temprano y el es quien la trae.

Esta concentrada haciendo un trabajo que no termino ayer. Un trabajo bastante fácil, a decir verdad, entro con sutilidad intentando no hacer ruido con los tacones, dejo mi bolso sobre una silla, me coloco detrás de ella, duro varios minutos así y no se da cuenta. El trabajo que hace es algo sobre como lidiarías con un paciente con esquizofrenia si tiene un ataque.

Me inclino un poco sobre ella para acercarme a su oído, mis manos se posan en su cintura. Esta de pie.

-Hola, Ali -le susurro, se sobresalta un poco a la vez que una exclamación de sorpresa abandona sus labios.

-No mire cuando entraste -comenta en un tono nervioso y sorprendido.

-Esa era la idea, linda -le aparto el cabello dejando una parte de su cuello expuesto -. ¿Cómo estás?

-Bien... ¿tu?

-Mucho mejor ahora que te veo -vuelvo a susurrar en su oído, veo su piel erizarse, una sonrisa se forma en mis labios.

-¿Qué es lo que estas escribiendo?

-Es... es un trabajo de que pude terminar.

-¿Necesitas ayuda? -pregunto.

-Ya casi acabo.

No lo respondo y comienzo a pasar mi nariz por su cuello aspirando su aroma, inocencia. Se queda inmóvil ante el gesto, su respiración se acelera. Aprieto ligeramente sus caderas contra mí.

-Harriet... -susurra muy bajo.

-Ali... -le susurro de la misma forma.

Me alejo un poco, ya no esta pegada a mi cuerpo. Respira profundamente antes de darse la vuelta, justo como lo espere tiene las mejillas sonrojadas. Sonrió mordiéndome el labio, vuelvo a acercarme aprisionándola contra la mesa de trabajo, su vista queda fija en la mía. Por mi parte, alterno la vista de sus ojos a sus labios.

-¿Sabes? Hoy desperté pensando en ti, has estado rondando por cabeza y estaba loca por verte -veo la sorpresa abarcar su rostro, la emoción clara en sus ojos.

Con mi pulgar recorro sus rosados y carnosos labios, los entreabre cerrando los ojos por algunos segundos. Deslizo mi dedo a su cuello recorriéndolo, disfruto de su inocencia. Alguien como yo, es letal para alguien como ella. Tan inocente, tan ilusa, tan pura... recorro su clavícula con apenas un roce que la enloquece. Es tan fácil engañarla, la tengo a mi merced y podría hacerle tantas cosas.

Veo como se contrae su garganta cuando traga saliva, cierro los ojos por varios segundos repitiéndome algo; control, control, control... los abro y vuelvo mi pulgar a sus labios.

-Mírame -le ordeno, lo hace, tiene las pupilas ligeramente dilatadas.

-Harriet estamos en... -la callo colocando mi dedo índice sobre sus labios.

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora