Harriet

CAPITULO 5

Recuerde que el espejo de su mente refleja su mejor
versión, no la peor de otro.

-Hannibal Lecter.

CAPÍTULO 5

El guardia encargado de la entrada principal a la universidad se me queda viendo como baboso mientras estiro la mano mostrándole mi credencial para corroborar mi identidad.

-¿Tendré que llamar al director?

Sale de su estado de pendejo sacudiendo la cabeza. Se aclara la garganta.

-Lo-lo siento, puede pasar.

A ver no lo culpo por mirarme así, de echo disfruto que me miren, pero es un cincuentón horrible. Si estuviera bueno, no habría problema, pero él no llega ni a ser pasable, así que no gracias.

Apenas pongo un pie dentro del edificio todas las miradas se posan en mí. Hombre y mujeres dejan lo que están haciendo para mirarme; algunos descaradamente, otros con ¨disimulo¨, entre comillas porque se les da pésimo. Profesores, profesoras, alumnos, conserjes, todas las personas que se encuentran en el pasillo principal quedan embobados mirándome.

El vestido negro que llevo puesto se envuelve en mis caderas, resaltándolas aún más, el escote en V deja a la vista parte de mis voluptuosos senos. Debajo no llevo sostén porque no me gusta, porque es incómodo y porque no lo necesito. Un bolso, sencillo pero elegante cuelga de mi antebrazo. El cabello me cae por la espalda y algunos mechones por los hombros, llevo delineador negro en los ojos, lo que hace que resalten aún más y por supuesto un labial rojo.

Camino por el pasillo principal atrayendo las miradas de los que aún no me habían visto, estoy acostumbrada a esto y debo admitir que me agrada, no puedo culparlos soy hipnotizante, hasta yo misma me gusto.

Entro al aula en la que me toca clase, como siempre los demás se me quedan viendo mientras camino para tomar asiento en mi lugar, dejo el bolso sobre la mesa, en esta clase debo compartir asiento con alguien más, todos los trabajos deben ser en parejas porque la convivencia es importante, puras estupideces.

Tengo un punto a favor, mi compañera no es tan desagradable, no es que me agrade tampoco, aunque debo admitir que llama mi atención, su inocencia sobre casi todo es atrayente, hay tantas cosas que podría hacerle, tantas cosas que podría mostrarle. A pesar de que estudia psiquiatría es demasiado ingenua, tanto que podría moldearla como quisiera sin mucho esfuerzo, confía en las personas al apenas conocerlas, algo completamente estúpido. También debo admitir que si físico no esta tan mal.

La profesora se pone de pie y comienza con la típica estupidez de preguntarnos por cómo nos fue en el fin de semana, después de no sé cuantos minutos perdidos comienza con el tema. Uno de mis favoritos; ¨Asesinos seriales¨

-Para comenzar quiero que me digan ¿Qué es un asesino serial? Aline, danos la respuesta por favor.

Aline, que está sentada a mi lado, mira a la profesora sorprendida. Todos fijan su vista en ella y rápidamente observo como empieza a ponerse nerviosa, titubea sin formular ninguna palabra.

-Un un a-asesino es es...

-Oye -llamo su atención, me mira-. Tranquila ¿sí? Sabes la respuesta, solo dila.

Le sonrío ligeramente, veo como sus mejillas toman un color rosa, patético. Asiente tomando una respiración profunda.

-Un asesino en serie es es una persona que mata por lo menos en tres ocasiones con un tiempo entre cada asesinato.