CAPITULO 84

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CAPÍTULO 84

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CAPÍTULO 84

Harriet.

Nos encontramos en el lugar donde, hace un par de horas, el reconocido presidente Adam Denson del psiquiátrico Denson, tuvo un aparatoso y grave accidente automovilístico en el que quedó gravemente herido y fue trasladado con urgencia al hospital más cercano...

—¡Apaguen esa mierda, ya! —el grito de Elian sobresalta a quienes están en la sala de espera del hospital. Es la tercera vez que grita cada vez que ha salido alguna noticia de su padre.

La recepcionista lo mira mal.

Lo tomo del brazo regresándolo al asiento como a un puto niño.

—Te tienes que calmar ya, te van a sacar del hospital si no dejas de gritar. Ve y pideselo de buena manera, explicale porque y lo hará sin problemas, pero no vas a lograr nada gritando de esa manera —ya me tiene harta.

Respira hondo pasándose las manos por el cabello, tiene los ojos rojos y brillosos. Salí detrás de él en cuanto dijo del accidente, no porque me interese sino porque no voy a dejar que Adam les diga la verdad de Steve, al menos no aún. Llevamos cerca de una hora en la sala de espera y lo único que nos han dicho es que tuvieron que llevarlo al quirófano de emergencia, nada más. Cosa que tiene así de alterado a Elian, pues no sabe nada de su padre.

Hace un rato lo llamó el detective para avisarle que vendrían en un rato, están en la escena investigando las causas del accidente. Son unos inútiles, pero es demasiado obvio que fue algo provocado, Kail está localizando el nuevo celular que tiene Steven para saber dónde está y cómo fue que lo hizo.

—¿Familiares de Adam Denson? —Un doctor aparece en la sala de espera.

Como si tuviera un resorte Elian se levanta de un salto caminando hacia el doctor. Me levanto y lo sigo.

—Es mi papá, ¿cómo está?

—El paciente llegó con múltiples fracturas, en la pierna, brazo y costillas. Esta última fue la más grave, logró perforar uno de los pulmones, pudimos tratarlo y esa cirugía salió bien, pero también llegó con un traumatismo craneoencefálico que causó una grave presión intracraneal. Por ahora lo mantendremos con medicamento y sedado esperando que la presión baje, no podemos operar, su padre está demasiado débil por toda la sangre que perdió. Cuanto se alivie la presión en las siguientes 24 horas definirán si su padre sobrevive o no.

Elian parece dejar de respirar, lo miro tragar saliva y tomar un tono pálido.

—¿Podemos verlo? —pregunto.

—Si, acompáñenme —nos guía por el pasillo al elevador. Subimos al piso de cuidados intensivos, abre la puerta de una habitación dejándonos entrar.

Elian entra primero, se queda parado en los pies de la cama observando el estado en el que se encuentra su padre. Está conectado a un respirador artificial, tiene una vía intravenosa, me acerco a un costado de la cama, su rostro y brazos están cubiertos por moretones. Algunos rasguños en el rostro.

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora