CAPITULO 54

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CAPITULO 54

¨Exclamó el asesino en serie¨

Harriet.

Las estupideces que tengo que hacer y soportar. Bueno, besarla no esta tan mal, ha mejorado. Sin embargo, me desespera demasiado. Veo la cara de estúpida con la que la dejé, está sonriendo mientras me ve subirme al auto, sigue observando este sin dejar de hacerlo.

Algunos la miran a ella, otros a mi o al auto. Besarte conmigo es motivo suficiente para que te envidien. Enciendo el Bugatti y me voy, dejándola con la cara de pendeja.

En veinte minutos estoy en el psiquiátrico. Dorian esta hablando con Katie en la recepción, ella esta sonrojada e intenta ocultar su sonrisa por lo que sea que le este diciendo él. Voy hasta ellos recargando mis brazos en el mostrador, la vista de ambos pasa a mí.

—Buenos días, doctora.

—Buenos días —digo para los dos.

—Buenos días —saluda Dorian, noto que se queda con ganas de decir otra cosa.

Lleva un café en la mano de Starbucks, Katie también tiene uno. Le trajo un café. ¿Qué se trae? Katie esta nerviosa, lo mira y luego a mí. Baja la mirada.

—Todos sus pacientes están bien, no hubo ningún problema. Uno de los enfermeros me dijo que Oliver esta mejor de la infección —me informa antes de que se lo pregunte, nerviosa bajo la intensa mirada de Dorian y la mía.

—Gracias.

Me pasa el portapapeles con unas hojas que debemos firmar al entrar y salir, además de poner la hora de entrada y salida. Luego de ponerlo se lo regreso.

—¿Por qué estas tan nerviosa? —pregunto y su vista va a Dorian al instante, tan rápido como la puso en él, la aparta.

Una sonrisa ladeada se forma en su rostro, me da una mirada y luego la lleva a Katie, observándola con mayor intensidad.

—No estoy nerviosa, doctora —susurra, nerviosa.

—Eres pésima mintiendo —ella respira intentando calmarse.

—Lo siento, doctora —musita aún con la mirada baja.

Finge revisar algunos papeles. Excusa tonta. Es mala fingiendo y mintiendo.

Sonrío.

—No tienes que disculparte, es entendible —con eso ultimo la hago mirarme, su sonrojo aumenta y mira a Dorian—. Bueno, adiós.

Se la quiere coger. Endulzarle el oído, encantarla, manipularla, llevársela a la cama, hacer con ella lo que quiera, manejarla a su gusto. Lo sé porque es lo que yo hago. Manipular a las personas es parte fundamental de nuestras vidas, hace parte de nuestro día a día. Jugar con ellas, hacer de ellas a nuestro antojo.

Katie caerá fácil. Dorian es encantador, físicamente y en cuanto a su personalidad superficial.

Voy a mi oficina siguiendo la misma rutina de siempre. Después de dejar listo todo para las terapias de hoy salgo yendo al consultorio de Adam, ayer, después de lo que pasó, no lo vi más. Toco dos veces.

—Adelante.

Abro la puerta y entro, en cuanto me ve se tensa y más cuando cierro la puerta detrás mío. Se yergue en el asiento mirando hacia otro lado, pero no tarda en devolver la vista a mí, veo como pasa saliva. Que bueno se ve, aunque las ojeras arruinan la vista. Me acerco lamiéndome los labios, un gesto que no le pasa desapercibido.

Abre la boca para decir algo, nada sale de ella. La cierra y la abre, varias veces sin llegar a decir nada. Se echa hacia atrás con todo y silla intentando poner distancia.

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora