CAPITULO 89

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Si algo algo de lo que pase en el capítulo no les gusta, están en todo su derecho de expresarlo, solo pido respeto.

Ahora si, que disfruten el capítulo.

Ahora si, que disfruten el capítulo

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CAPÍTULO 89.

Harriet.

—Si, soy Harriet —confirmo y otro silencio se extiende.

Adam no me intenta quitar el celular, si lo hace va a escuchar forcejeo.

¿Él está bien... o por qué tienes su celular? —el tono ya no se le escucha tranquilo como al saludar.

—Ah... si. Está bien, lo que pasa es que está dormido, por eso respondí yo.

¿Dormido... contigo? —la pregunta sale despacio y con mucha confusión. Me lo imagino con el ceño fruncido y miles de ideas rondando su cabeza.

El hombre frente a mi se frota la cara volviendo a negar, pidiendo que pare en silencio.

—Oh, no, no. Estábamos trabajando, pero se empezó a sentir mal, tenía dolor de cabeza y mareos, le dije que podía recostarse un rato mientras se le pasaba y se quedó dormido —explico tranquila, como si fuese lo más normal.

Otro silencio.

¿En en el psiquiátrico? —preguntar eso se le dificulta.

Esta también alarma a Adam que se acerca los mismos pasos que yo retrocedo.

—No, en mi departamento. Mañana vuelvo al psiquiátrico y le pedí que viniera para ponerme al día con todo lo relacionado a mis pacientes.

Se escucha que titubea varias veces antes de decir algo más.

Bien...

—Espera, ya despertó. Te lo paso —doy unos pasos como si caminara para entregarle el celular a su papá "recién despierto"—. Es Elian, respondí para que no se preocupara.

Adam abre mucho los ojos cuando le tiendo el celular. Respira hondo.

—Hola... lo siento —finge una voz ronca de recién levantado y alzo una ceja por lo bien que le sale. Me río en silencio viendo como sus nervios aumentan.

Me dijo Harriet que no te sentías bien —la voz se le oye demasiado seria.

—Si, pero ya estoy mejor. No te preocupes.

Ruedo los ojos cuando le quita lo divertido quitando el altavoz y llevándoselo a la oreja. Aunque... vuelvo a sonreir acercándome más hasta estar pegada a su cuerpo. Su mano se interpone como si eso fuese a impedirme lo siguiente que hago; llevar las manos a su cinturón comenzando a quitarlo.

—No, Elian. Ya estoy bien —dice tomando una de mis muñecas—. Sus padres están aquí y me ofrecieron llevarme, pero no quise. Solo fue por no dormir bien...

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora