CAPITULO 80

28.7K 1.9K 1K
                                    

Apreciemos lo bella que es esta ilustración 🦋

Apreciemos lo bella que es esta ilustración 🦋

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Son Harriet y José en el capítulo pasado. Se ven tan lindos 💙

Ilustración por: @faxart_ en Instagram.

CAPÍTULO 80

Harriet.

Siento que me tocan el cabello, me remuevo en... no sé ni siquiera donde estoy. Abro los ojos, estoy a oscuras, solo logro divisar una silueta sentada a mi lado, pero no quien es, su mano recorre mi rostro de manera lenta y suave y no me gusta. El dolor en mi cuerpo es inmediato a la hora de moverme para apartarme de quien sea que esté aquí, la silueta se queda inmovil y trato de ver a mi alrededor buscando donde hay algo que encender, creo ver una lámpara, me estiro alcanzando y la enciendo.

Me giro para ver quien es y solo de verlo siento asco. Brayden pasa saliva abriendo la boca para decir algo, pero no me interesa lo que tenga para decir, no tiene nada que hacer aquí.

—¿Qué mierda estás haciendo aquí? —me alejo de él, que se pone de pie pensando en qué explicación dar—. Lárgate, pendejo.

Titubea sin saber que decirme y se levanta, pero no sale, se queda parado como estúpido mirandome. Noto lo nervioso que se pone, el que trague saliva varias veces es una prueba de ello.

—¿Qué mierda esperas? Vete.

—Solo...

No termina de hablar pues abren la puerta, de la que ahora noto es mi antigua habitación, papá sonríe al verme, pero frunce el ceño al ver mi expresión y al inutil frente a mi.

—¿Qué pasa?

—Preguntale a ese pendejo que se metió y estaba tocandome.

Sus cejas se alzan al oír lo ultimo y mira a Brayden esperando que diga algo.

—Entré para saber cómo estaba, solo toqué su rostro y se despertó —se explica, sin embargo, no le creo y me sigue molestando que haya entrado y que siga aquí.

—No lo quiero aquí —le diga a papá.

Él inhala hondo.

—Dejame hablar con ella, por favor.

Al pendejo no le agrada lo que papá dice, pero obedece y se va, antes me vuelve a mirar. Me recargo en la cabecera de la cama respirando hondo, sigo mareada, con dolor de cabeza y el dolor de cuerpo es peor que antes. Trato de aparentar que estoy bien.

Papá viene a sentarse a mi lado, toma mi mano entre las suyas y medio sonrie.

—¿Cómo te sientes, princesa?

—Me sentiría mejor si ese pendejo no hubiera entrado.

—Está preocupado como todos, Harriet...

—No me interesa, no tenía que entrar sin tocar, como tú.

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora