CAPITULO 81

41K 2.2K 1K
                                    

CAPÍTULO 81

Harriet.

Como los inútiles que no dejan de ser, no descubrieron nada, revisaron las cámaras de la ciudad y mi camioneta se ve en algunas, pero en cierto punto del camino las cámaras no funcionan, así que no pudieron averiguar a donde fui. Intentaron revisar las cámaras de los establecimientos de la zona, sin embargo, no encontraron nada.

Al agente mi versión de dónde estuve le parece muy simple, pero lo convence. Aún así no me confío, porque ya no estamos hablando de los inútiles detectives de la ciudad, ahora es el FBI y aunque no me guste, es de la rama principal de investigación en Estados Unidos y pueden descubrir lo que quieran cuando quieran. Evidentemente, no son más inteligentes que yo, pero andar con cuidado es mejor.

—Eso era todo, gracias por responder a mis preguntas. Me alegra que haya aparecido y que esté bien.

Asiento agradeciendo y fingiendo una sonrisa.

Papá se pone de pie junto a él dándole un apretón de mano.

—Le agradezco mucho el que haya venido y lamento haberlo hecho dejar su trabajo de lado.

El agente hace un gesto con la mano restando importancia.

—No se preocupe, venir sirvió para darme cuenta de lo mal que mi hermano está haciendo su trabajo. Me quedaré por un tiempo haciéndome cargo de la investigación del amante asesino, pero será algo secreto, trataremos de que no le llegue el rumor al asesino. Les pido no comentarlo, por favor.

Papá asiento sonriendo, la noticia le agrada y lo alivia. Yo me esfuerzo para no mirar a Dorian y burlarme de él, a ver si sigue igual de confiado y descontrolado... no tardaran en dar con él si sigue así.

—No se preocupe, no diremos nada. Es un alivio enorme saber que hay una posibilidad de que lo atrapen.

El agente asiente.

—Mi equipo y yo haremos todo lo posible para dar con él. Gracias por el tiempo y la discreción, con permiso.

Papá se va con él a la puerta hablando de no se que mierdas, ya se están lo suficiente lejos, tomo asiento al lado de Dorian sonriendo con burla, dándole la espalda a las cámaras. No me mira, mantiene la vista fija en la mesa del centro. Me acerco recargando la barbilla en su hombro.

—¿Oiste, papi? Están pisándote los talones. Al paso que vas estarás tras las rejas antes de terminar el mes... que si lo piensas, no estaría tan mal, el naranja te sentaría muy bien, además podría seducir a uno que otro para las visitas conyugales.

Eso último lo hace mirarme enarcando una ceja.

—Si voy a prisión, tú entras conmigo.

—Ya vamos con las amenazas... Papi, soy yo la que tiene algo que puede dejarte en prisión por el resto de tu vida o condenado a la silla eléctrica. Te recuerdo que en esta ciudad la ley lo permite.

No responde, pues pasos se acercan y poco después papá entra sentándose a mi lado. Me rodea los hombros con su brazo atrayéndola hacia él y finalmente asfixiándose con su abrazo.

—Gracias por haber colaborado con el detective, esperaba que nos mandaras a la mierda a todos —murmura besando mi frente. Me alejo para mirarlo a la cara.

—Ganas no me faltan.

Una sonrisa se forma en sus labios haciendo que sus ojos se arruguen, pero se le desvanece rápido poniéndose serio.

—No vuelvas a desaparecer de esa manera, por favor. No te pido que me des un itinerario ni siquiera una llamada, solo un mensaje diciendo que estas bien, no te pido más. Si no me quieres hablar ni a tu madre, entonces díselo a Dorian o a Aline, pero no desaparezcas. Nada te cuesta decirle a alguien a donde vas o si estas bien y no porque quiera controlarte sino por tu seguridad, princesa.

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora