Extra 3; especial por el millón

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EXTRA 3

Este es un extra especial por el millón. Es de mis favoritos, es un tipo fanfic donde Dorian y Harriet no son psicópatas y tienen una relación. O sea, son novios.

Harriet.

Me remuevo en la cama despertando, me siento cansada y adolorida, pero por alguna razón me desperté. Me doy la vuelta, aún con los ojos cerrados, para abrazar a Dorian, pero en vez de eso mi cara y brazo rebotan contra el colchón, frunzo el ceño y abro los ojos. No está en la cama, ¿ya sonó la alarma y no la escuché? No lo creo, él me hubiera despertado.

Me tallo los ojos antes de alcanzar mi celular para ver la hora, una con treinta. Lo dejo de lado y miro alrededor de la habitación, la luz del baño está encendida, pero la puerta está cerrada. Debe estar orinando o algo así. Me acomodo en mi lado de la cama otra vez, pero ya no puedo dormir y me doy cuenta de porque me desperté; tengo hambre. Aunque, probablemente, también porque Dorian no está a mi lado.

Mi estomago gruñe, ayer no cené, preferí meterme en la cama con Dorian y disfrutar del poco tiempo que podemos estar juntos, estamos juntos en el psiquiátrico, pero no es lo mismo, estamos trabajando. Con la luz que sale por debajo de la puerta del baño logro encontrar su camisa y mis bragas, me coloco ambas. Su aroma que tanto amo me envuelve y sonrío, me encanta usar sus camisas, son muy cómodas y huelen a él.

Salgo de la habitación yendo a la cocina, estamos en su departamento, llevo más de una semana aquí y, siendo sincera, no me quiero ir, quiero quedarme con él o que él se vaya a vivir a mi departamento. Nunca hemos hablado de vivir juntos, pero casi es como si lo hiciéramos. Él se queda en mi departamento o yo en suyo, pasamos algunas noches separados y eso no me gusta, ya me acostumbré a sentir su brazo rodear mi cintura y pegarme a su pecho por las noches, a abrazarlo, que me abrace. Me acostumbré a despertar y verlo a mi lado sonriendo aún medio dormido al verme, las duchas juntos, los besos de buenos días y noches, nuestros encuentros sexuales matutinos o nocturnos... solo a estar con él.

Suspiro, loca por ese hombre, enamorada de ese hombre. Amo a Dorian.

Abro la nevera buscando algo para comer, no hay mucho, la mayoría del tiempo la pasamos en el psiquiátrico, a nuestros departamentos solo vamos a dormir, no tiene caso llenar la nevera con comida, terminaran echándose a perder las cosas. Hay unas cuantas manzanas, plátanos, fresas, leche, las sobras de la cena de antier y nada más. Podría comerme una manzana, hacerme un licuado, comerme las sobras o irme a dormir porque muero de sueño, pero también de hambre. Voy a la alacena, hay una caja de cereal de Froot Loops, la tomo mientras bostezo, luego tomo un plato, una cuchara y la leche.

Echo los cereales en el plato hasta más de la mitad, luego la leche, se llena hasta el borde. Regreso la caja y la leche a sus respectivos lugares y me voy a la encimera dejando el plato sobre ella y sentándome en uno de los taburetes. No le he dado ni una cucharada cuando siento sus manos posarse en mi cintura para después envolverla con sus brazos, sonrío recargándome contra su pecho. Él recarga su barbilla en mi hombro.

—¿Qué haces despierta? —pregunta con un tono más ronco del habitual, acaba de despertar también. Y muy cerca de mi oído, su aliento golpea ligeramente contra la piel de mi cuello erizándome.

Este hombre me hace sentir con solo mirarme.

—Tengo hambre y creo que también porque no estabas abrazándome —respondo girando la cabeza y echándola un poco hacia atrás para verlo. Tiene esa media sonrisa que me encanta dibujada en sus labios—. ¿Y tú que haces despierto?

—Necesitaba ir al baño, acaba de levantarme, no me tardé nada y cuando salí ya no estabas en la cama —lo último lo dice como un reclamo divertido.

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora