CAPITULO 25

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CAPÍTULO 25

Harriet.
En segundos el detective sale de la oficina apresurado, no sin antes disculparse conmigo y decirme que me llamará otro día. Ja, no soy su pendeja, no es cuando el quiera, es cuando yo quiera y pueda. Salgo de su oficina, me meto en el elevador y marco el primer piso.

Una vez en este, lo primero que veo es a varios hombres tomando de los brazos con fuerza a otro. A Oliver Given. Este patalea, forcejea, grita, se remueve como un puto loco gritando que lo suelten. El detective intenta hablar con él, intenta tranquilizarlo, pero este solo se altera más.

Ned intenta lo mismo que el detective, se acerca demasiado a Oliver y este le da una patada en la entrepierna que lo hace caer al suelo llevándose las manos al lugar, gime de dolor en el suelo. Reprimo una risa. Los agentes que sostienen a Oliver lo alejan llevándolo contra la pared, donde lo inmovilizan por completo.

Peter Brown, se acerca al idiota en el suelo y lo ayuda a ponerse de pie, con dificultad lo hace. El detective James se acerca a Oliver, vuelve a intentar hablar, pero este sigue fuera de si gritando. Como siempre es imposible que no llame la atención, así que mientras camino hacia la puerta la vista de todos se fija en mí.

Los agentes que sostienen a Oliver se distraen mirándome y este se zafa de ellos dándole un golpe con los codos a cada uno. Todo pasa tan rápido que el detective apenas reacciona cuando Oliver con rapidez le quita el arma, toma a la mujer de la entrada por detrás poniéndole el arma en la cabeza e impidiéndome la salida.

Debo admitir que eso fue sorprendente. Debe tener entrenamiento de algún tipo. Una vez más corroboro lo inútiles que son. El detective maldice.

-Oliver -comienza a decir este-. Tranquilízate, por favor. Ella no tiene la culpa de nada.

Oliver ríe sin gracia.

-Mi esposa tampoco la tenía y ahora esta muerta -expone con dolor y enojo.

-Lo sé y estamos haciendo lo posible para atrapar al culpable

-¡No! ¡No! ¡No! -grita negando con desesperación-. ¡No me importa lo que estén haciendo! ¡Ese hijo de puta mato a mi esposa y nada de lo que hagan hará que vuelva!

Oliver sigue gritando cuanta cosa se le viene a la mente. Insulta y maldice a todo lo que respira. La mujer a la que le apunta llora intentando no moverse, Steve, el detective, intenta mediar con él, intenta tranquilizarlo. El inútil de Ned, se a quedado pasmado, al igual que Peter.

Los dos agentes siguen aturdidos por el golpe de Oliver.

-Sácala de aquí -ordena Steve a Ned señalándome.

Ned tarda unos segundos en reaccionar, asiente y en el momento que va a acercarse a mí, Oliver le apunta con el arma a él. Ned se detiene.

-Nadie se mueva -advierte sosteniendo el arma con fuerza.

¿Y si intervengo? Se que puedo persuadirlo para que suelte el arma y algo de adrenalina no viene mal. Steve se pasa las manos por el cabello repetidas veces con nerviosismo, sigue intentando que suelte el arma y a la mujer.

Pienso durante algunos segundos los pros y contras de hacer lo que quiero hacer. Al final decido hacerlo. Con cautela y decisión me poso frente a Ned, el arma ahora me apunta a mi y la mirada de todos, incluyendo a Oliver, se fija en mí.

-¿Qué carajos está haciendo? -pregunta Ned con molestia a mis espaldas.

Lo ignoro.

-Harriet, es muy peligroso...

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora