CAPITULO 31

58.2K 4.5K 2.2K
                                    

(Adjunto video del auto de Harriet)

CAPÍTULO 31

Harriet.

Papá sigue observándome de la misma forma que hace un minuto. Noto que esta extrañamente nervioso.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine a visitar a alguien —me encojo de hombros.

Su ceño se frunce más.

—¿Y ese alguien es...?

—¿Qué haces tú aquí? —respondo con otra pregunta.

—Uno de mis socios está hospedándose aquí, nos reunimos en el restaurante de hay aquí —explica—. Pero no cambies el tema, ¿Qué haces aquí?

Examino su expresión, esta nervioso. Pasa su peso de un pie a otro, se pasa las manos por el cabello repetidas veces y suelta varias bocanadas de aire. ¿Qué esta ocultando? 

—Ya te lo dije; vine a visitar a alguien —repito.

—¿A quién? —indaga.

—A alguien.

Me da una mala mirada negando. Achica los ojos dándome a entender que no está conforme con mi respuesta. Me examina detenidamente, escanea mi rostro en busca de no sé qué mierda.

—Tengo que irme —digo antes de darme la vuelta y caminar hacia la salida.

—¿Ni siquiera vas a saludarme? —reclama a mis espaldas.

Rueda los ojos antes de girarme y acercarme a él. Dejo un beso en su mejilla, intento alejarme, pero me lo impide rodeándome con sus brazos. Resoplo haciendo que suelte una risita, no lo abrazo. Recarga su barbilla en mi hombro suspirando.

—Abrázame o no te suelto —me advierte.

Vuelvo a resoplar haciendo que se ría de nuevo. Alzo los brazos abrazándolo con apenas un toque, sabe perfectamente que odio esto.

—Suficiente.

—Bien.

Se aleja con una sonrisa divertida mientras yo frunzo el ceño molesta.

—Hija... —comienza a decir y por su tono sé que dirá algo que no me agradará—. No tenías que irte de la casa, sé que ya te graduaste, pero puedes seguirte quedando ahí...

—No —lo callo—. No voy volver, quiero y necesito privacidad y eso es algo que no tengo en casa.

Papá asiente con rendición, no seguirá insistiendo porque sabe que no me hará cambiar de opinión. Miro a mi alrededor en busca de alguien que este mirando a papá o algo que me de un indicio de porque esta tan nervioso. No veo nada sospechoso. Tendré que pedirle a cierta persona que investigue.

—Por lo menos ve a ver a tu madre, sé que acabas de irte, pero te extraña —me confiesa—. Te extrañamos, no es lo mismo desayunar sin tus comentarios sarcásticos y malhumorados...

—Iré —lo interrumpo harta de lo que está diciendo.

Sonríe.

—Gracias.

Asiento fingiendo una sonrisa.

—Ya me voy.

—¿Cómo fue tu primer día de trabajo? —decimos al mismo tiempo.

—Tengo que irme, papá.

—Bien, entonces me lo cuentas en casa.

Me esfuerzo por no rodar los ojos y asiento.

HarrietDonde viven las historias. Descúbrelo ahora