𝐌𝐘 𝐌𝐀𝐍 «sᴛᴇᴠᴇ ʀᴏɢᴇʀs»

02. Rᴇsᴄᴀᴛᴇ

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[ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2 ]
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—Ve con Thomas, él te dirá todo y te explicará—Me ordenó Samuel.

Ni le contesté, solo salí y me dirigí a la oficina de Thomas, otro tipo insensible que actuaba como si fuese el jefe, pero sabemos que solo es una pieza más en el tablero.

Llegué y toqué la puerta, ante todo los modales.

—¿Quién?—preguntó Thomas del otro lado de la puerta.

—Yo.

—¿Quién es yo?—respondió molesto.

—Pues yo.

—Debes ser la sarcástica chica que tiraré por la montaña, pasa—dijo algo irritado.

—Me dijeron que me llamaste—dije entrando por la puerta, me senté en la silla frente al escritorio mientras recargaba uno de mis pies en el escritorio.

—Sí, quita esa cara arrogante o te daré una cachetada, ahora baja tus pies—ordenó.

Les dije, puro idiota.

—¿Para qué me llamaste?—dije algo cansada bajando los pies del la mesa.

Él se levantó y se acercó a mi, me entregó un pequeño botón.

—¿Qué es?—interrogué inspeccionando el botón en busca de algo que me indicara que era.

—Presiónalo—ordenó él, lo presioné, apreció una especie de holograma, de un lado se alcanzaba a ver un punto rojo y del otro uno azul.

El comenzó a explicar.

—El increíble científico Max diseñó esto para mi, estuvo localizando la gema por su radiación. El punto rojo, eres tú y el azul es la gema, ahí está su ubicación—dijo quitándome el botón y guardándolo en un cajón.

—Mañana irás a buscarla y me la traerás, es un grupo terrorista, así que tendrás que tener mucho cuidado—asentí—puedes retirarte y no olvides que no puedes hacer nada tonto o te electrocutaré con el dispositivo que llevas en el cuello como a un pavo asado—advirtió, advertencia que paso desapercibida para mi.

Estaba saliendo de la habitación cuando él hablo.

—Ahora que el Doctor Max ya hizo todo lo que le pedí, podré asesinarlo—al escuchar eso me moleste mucho, corrí hacia donde él se encontraba para golpearlo, pero dos hombres entraron a la habitación y me inyectaron un sedante, lo último que escuché fue las risas de Thomas.

Me desperté cuando parecía ser de noche, se escuchaba mucho ruido y Hunter ya en forma de gato lamía mi nariz para que despertara. La luz en la habitación era de color rojo y parpadeaba.

—Emma, Emma, despierta—dijo Hunter.

—¿Qué pasa?—respondí aún muy adormilada.

—Los Vengadores, están aquí, vinieron por el cetro de loki—me advirtió.

—¿Y qué quieres que yo haga?—dije tallándome los ojos aún con mucho sueño.

—Aprovecha, ve por el botón y sal de aquí—me apresuró—rápido antes de que te encuentren— repitió.

—Cinco minutos más—dije volviendo a cerrar los ojos debido al cansancio.

—¡EMMA!—me reprendió el animal.