𝐌𝐘 𝐌𝐀𝐍 «sᴛᴇᴠᴇ ʀᴏɢᴇʀs»

39. Esᴀ ᴄʟᴀsᴇ ᴅᴇ ᴄʜɪᴄᴀ

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[ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 39 ]
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Regrese a casa con nuevos planes en mi mente, todo esto estaba siendo nuevo para mi, el conocer gente nueva y el saber  que relevancia tiene Lilith en esto.

En cuanto me encontré en mi habitación de nuevo ni siquiera le tomé mucha importancia a Hunter, tenía que comprobar si Lilith había regresado.

Con cuidado abrí la puerta de mi habitación en busca de la nombrada.

Después de recorrer algunos pasillos la encontré cenando en la cocina.

—Hola Emma, estuviste toda la tarde en tu habitación ¿no?, no te vi cuando regrese hace un rato—mencionó apenas me vio.

—Sí, estaba leyendo un poco sobre la historia de... la guerra fría—inventé lo menos creíble de la vida.

—Oh, te gusta aprender—menciono aun comiendo.

—Claro—sonreí nerviosamente—Ya debo irme a dormir, nos vemos mañana—avise para empezar a caminar a mi habitación.

En cuanto llegue a mi habitación fui a dormir inmediatamente debido al largo día que había tenido.

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El día siguiente desperté lista para una nueva aventura más, le demostraré a todos que yo puedo tratar mis problemas sola, y mi instinto nunca se equivoca.

Tal vez dije que iba a dejar la idea sobre Lilith a un lado, pero si cumpliera todo lo que digo, no seguiría viva.

A pesar de que papá no se encontraba en casa, aun tenía que entrenar, y hacía ahí me dirigía.

Visión al ser el ser más apto decidió dirigir el entrenamiento, y eso era bueno porque de todos es el que más leve lo hace.

Después de un rato de entrenamiento la hora de acabar llego, con pesadez me dirigí a la mesa que se encontraba ahí y tomé mi botella de agua para comenzar a tomarla, Lilith se posicionó junto a mi y yo solo la miré de reojo para continuar tomando agua, pero la curiosidad mato al gato.

—¿Cómo acabaste en Hydra?—rompí el silencio que se había esparcido en la habitación desde que llegamos.

—Tenían información valiosa para mi—contestó mirándome fijamente.

—¿Qué información?

—Cosas sin importancia, sabían dónde estaba la chica, la gema y mejor aún, conocían sus debilidades—desvío la mirada.

Inmediatamente dirigí mi mirada a ella un poco impactada, no pensé que fuese así de fácil.

—¿Qué chica y qué gema?—pregunté lo obvio, pero quería escucharla decirlo.

—Tú—me miro de nuevo, con esa fría expresión en el rostro.

No podía decir nada, sabía, sabía que ella estaba loca, mi instinto nunca se equivoca.

—Tranquila Emma, se casi todo sobre ti, te he estado investigando desde nuestro primer encuentro, sé cuáles son las gemas con las que te crearon, al igual que tus debilidades—susurró para que solo yo la escuchara.

—Ajá ¿Y cuáles son?—me atreví a desafiarla.

—No lo sé, tal vez algo... algo que extrañarás mucho... no lo sé...¿Qué fue lo único que tenías cuando llegaste aquí?—se cruzó de brazos.