::･ﾟ★,｡･::･ﾟ☆ ☆｡･::･ﾟ★,｡･::･ﾟ☆
𝐄𝐦𝐦𝐚 era una chica con una vida relativamente normal, si ser la encargada de cuidar la gema del espacio junto a su guardián Hunter podría llamarse así.
Los problemas de ser una guardiana y todo los secretos que s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todos nos encontrábamos especialmente nerviosos, aunque la más impaciente era Natasha.
—Y bueno Rey—Nuestra vista se dirigió al señor de cabello canoso—¿Podemos saber para que nos necesita aquí?
—Claro, pueden tomar asiento—la que parecía ser la reina nos ofreció sentarnos, pero Natasha desconfiando prefirió mantenernos de pie.
—Pues...es un tema delicado, que involucraría a todo el universo—inició a hablar el chico de cabello negro que aún desconocíamos su nombre, que parecía ser algo así como su mano derecha de los reyes.
—¿Qué tema seria así de delicado para involucrar a todo el universo?—pregunté.
—Algo como un conquistador de mundos que quiere asesinar a medio universo—habló el chico rubio y soltó una pequeña risita, aunque no entendí que tenía de gracioso.
Todo el equipo se miró preocupado y sobretodo con el tono de burla que utilizó el chico rubio.
—Blaise, más seriedad—lo reprendió el anciano al notar que no nos había parecido mucho su manera de decirlo.
—Podrían ser más claros—pidió Natasha.
—Eron, porfavor—se refirió la reina al chico de cabello negro para que explicara, ahora sabemos cómo se llama.
—Claro reina Irina—respondió de manera educada—Él se hace llamar Thanos—la solo mención de ese nombre parecía poner la atmósfera algo tensa.
—Uy, como que dio escalofríos—dijo Pietro mientras se frotaba los brazos de manera exagerada y Wanda se rió.
—Este loco, por que es lo que es, está obsesionado con eliminar a medio universo según él para acabar con la pobreza—continuó.
—¿Cómo?—pregunté más interesado.
—Con las gemas del infinito—respondió el rey.
Eso nos hizo ponernos helados, Emma las había mencionado muchas veces, y peor, nos había confesado tener una.
—¿Cómo la de Emma?—pregunte rápidamente.
—Así es—respondió el rubio más serio que hace un rato—y ahí es donde entran ustedes—nos miro.
—¿De que forma?—pregunto Sam, que hasta el momento se había mantenido callado.
