62. Tʜᴀᴛ ɴɪɢʜᴛ

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[ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 62 ]
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Había terminado de cortarle el cabello y se veía bastante feliz.

—Justo como hace 5 años—sonrió al mirarse en el espejo.

—Te lo prometí—contesté regalándole una sonrisa.

—No me sonría así señor Rogers que no desperté con mucha cordura—sonrío pícaramente haciendo que me sonrojara y desviara la mirada.

—Mira la hora, es tarde, deberías dormir...digo, ya dormiste mucho pero... ammm—balbuceé.

—En realidad, si estoy cansada—bostezó.

—Entonces—me acerqué dejando un beso en su frente—te dejo.

—¡No!—se apresuró a decir—No me dejes sola.

—Pensé que querías estar sola.

—Cambié de opinión, duerme conmigo—suplicó, por lo que volví a sonrojarme—Solo dormir—aclaró al ver mi rostro.

—Claro—suspiré, Emma sonrió complacida y camino hacia la cama y se recostó, yo la seguí del otro lado y después de quitarme los zapatos me puse junto a ella, por lo que enseguida se giró y me abrazó como a un osito y se quedó dormida.

[...]

Me dió algo de trabajo dormirme debido a la cercanía de Emma, pero lo conseguí, temprano por la mañana, sentí que alguien me observaba por lo que abrí los ojos. Era Nat.

—Sabía que lo solucionarías, pero no así—dijo parada frente a la cama con los brazos cruzados, me di cuenta de que seguía en la cama, Emma seguía dormida casi sobre mi.

—No es lo que parece, solo dormimos—aclaré.

—Lo imaginé, que aburrido—suspiró—Bueno levántate, le traje el desayuno, y quiero hablar con ella a solas.

—Auch que dolor—dije al ser echado, con cuidado me levanté pero Emma se despertó de igual manera, nos miró a Nat y a mi algo confundida.

—Regreso en un rato, Nat quiere hablar contigo—dije y me retiré cuando Emma asintió.

Emma

Nat se sentó junto a mi y puso sobre la cama una bandeja con hot cakes en forma de corazón y leche con chocolate.

Había entendido varías de las cosas que pase en el otro lugar ya que había despertado.

—Nat, no se como puedo agradecerte todo lo que haces y sigues haciendo por mi.

—No tienes que agradecer nada.

—No, si tengo que; tú voz, escucharte, me motivaba, ahí, en donde estaba, perdida, las canciones que me cantabas me hacían dormir por la noche, nadie después de lo de mi mamá me había hecho sentir tan en casa, gracias—agradecí, y podía ver como unas lágrimas amenazaban por salir de los ojos de Natasha.

—De nada cariño—respondió—Entonces seguiré trabajando, te veo en un rato—dijo y salió de la habitación.

[...]

Después de un rato Tony entro en la habitación.

Suspiré al verlo entrar.

—Quiero que nos evitemos la plática—dije apenas se sentó junto a mi—Steve me dijo lo de la niña, no puedo ser egoísta y enojarme porque dejaste de venir a verme, lo importante es que estás aquí ahora y te quiero.

𝐌𝐘 𝐌𝐀𝐍 «sᴛᴇᴠᴇ ʀᴏɢᴇʀs»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora