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𝐄𝐦𝐦𝐚 era una chica con una vida relativamente normal, si ser la encargada de cuidar la gema del espacio junto a su guardián Hunter podría llamarse así.
Los problemas de ser una guardiana y todo los secretos que s...
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Llevo ya dos semanas aquí, es un poco raro vivir con tantas personas en un solo lugar, aunque debo agradecer que las cosas han estado muy tranquilas.
Todos los días desayuno con la mayoría de los vengadores, después hago algunas tareas que me pone el doctor Banner que a decir verdad se me hacen fáciles, aveces Tony me enseña sobre su tecnología un rato y luego trabaja en algo con el doctor Banner, algo traen esos dos. Después entreno con Natasha y luego platicamos un poco, ella me agrada mucho, al terminar siempre veo alguna serie en la habitación que me habían asignado o tocando el violín o el piano que Tony me había regalado la semana pasada.
Así me encontraba hoy, estaba viendo mi serie favorita en mi habitación, Hunter estaba a mi lado. Alguien tocó la puerta y yo le puse pausa a la televisión.
—Pasa—hablé a quien se encontraba al otro lado de la puerta.
—¿Qué hay Emma?—saludo Natasha entrando a la habitación con unas bolsas en las manos—Te compré más ropa—dejó las bolsas en la cama y me regaló una sonrisa.
—Muchas gracias Nat—agradecí acercándome y dándole un abrazo, me separé y me senté en la cama.
—Hoy tendremos una especie de fiesta abajo, te compré un vestido en especial para la ocasión—sacó un hermoso vestido de la bolsa.
Lo admire unos segundos y le agradecí.
—Es hermoso Nat.
—Lo sé, yo lo escogí—reímos—Bien, te veo a las 9:00 pm—se levantó de la cama y se dirigió a la puerta.
—Nos vemos Nat—sonreí y ella me devolvió la sonrisa y cerró.
Pasó rato y vi la hora y eran las 8:00 pm, así que decidí entrar al baño a darme una ducha, al salir me puse el vestido que Nat me regalo, era un vestido un poco corto, color negro, pegado de arriba y amplio de la cintura para abajo y me seque el cabello con la secadora dejándolo suelto, procedí a maquillarme muy poco y vi la hora, 8:55 pm.
Decidí emprender camino hacia el piso donde sería la fiesta o si no Natasha me mataría por llegar tarde. Estaba dando vuelta al pasillo cuando choqué con alguien que venía corriendo por lo que me golpeó con fuerza.
Iba a caerme pero el me apretó contra su cuerpo impidiendo que me cayera de espaldas. Al impedir mi caída me soltó. Sentí un cosquilleo en las mejillas al notar quien era, Steve, él me ponía nerviosa, muy nerviosa.
—Perdón Emma, casi te tiro—sé disculpó mientras me veía detenidamente.
—No te preocupes—dije apenada.
—Te ves muy bien—me elogió educadamente y no pude evitar sonrojarme.
—Ehhh ... si... iba con Natasha—balbuceé sin hacer contacto visual.
