○~Sobrenatural~○

3 (2a Temporada)

Nerea y Noah salieron a una hora temprana, tras haber sido elegidos para inspeccionar la zona y buscar pistas sobre el paradero de Daniela.

- En este lugar no amanece, por lo que veo.

Musitó el de ojos azules, viendo la luna roja.

- Eso no creo que sea lo más importante. Vamos, hay que buscar a Daniela.

Ordenó Nerea, yendo de detrás de un muro hasta detrás de otro, seguida de su acompañante, quien, de un momento a otro, se paró en seco.

- Espera, Nere.
- ¿Qué pa-

Sintió algo cortar sutilmente su hombro, produciendo un ligero "zas" que se perdió en el silencio del lugar.
Dirigió la mirada hacia lo alto de un edificio, donde, una figura encapuchada y a contraluz, los miraba fijamente.

- ¿Estás bien?

Preguntó Noah, atendiéndola. La herida no era grave, para nada, pero el susto se lo habían llevado los dos.

- Pues-

Nerea fue cortada cuando aquella figura bajó hasta ellos de un salto, desenvainando un sable en el proceso.

Alarmada, activó su poder, y sus puños se envolvieron en llamas.

- ¡Noah, vuelve con el resto y diles sobre mi situación!
- Pero, los locali-
- Tú avisa al resto. Te prometo que estaré bien. ¡Vamos!

Ordenó, antes de que el desconocido empezara a atacarla con el arma, a una velocidad de vértigo.

Noah volvió a la base corriendo, y avisó al resto con un "¡Nere está en peligro!", antes de salir de la base y dirigirse al lugar donde vieron la escena.

- ¿Por qué nos atacas?

Preguntó Nerea, apartando el sable, cuya hoja se iba derritiendo lentamente por las llamas, aunque sus manos empezaran a sangrar por los cortes.

- ¿¡Qué le pasa a ese tipo!? ¡La va a hacer daño!

Exclamó Kira, escandalizada por la escena. Nerea agarrando con fuerza y firmeza la hoja de aquel sable, y este clavándose en la carne de las palmas de sus manos, dejando que el suelo se ensuciara con aquel líquido carmesí... no era una escena muy bonita de ver.

Celina, que optó por no quedarse como mera espectadora, formó una pistola con los dedos pulgar, índice y corazón de su diestra, y, de pronto, una especie de aguja fina fue disparada hacia la mano del atacante, haciéndole lanzar la espada a varios metros más atrás.

- Escucha. No sé a qué ha venido ese ataque tan gratuito, pero a nosotros no nos gusta pelear, ¿entendi-
- ¡Esperad un poco, por favor!

Se oyó una voz femenina totalmente desconocida.

El suelo empezó a temblar, y unas raíces salieron de este, envolviendo a todos los presentes, incluyendo al desconocido.

- ¡Hey, suéltanos!

Excmamó Andrew, agitándose entre las raíces.